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Obsolescencia tecnológica (Parte 2)

Las empresas de electrónicos imponen fechas de caducidad para que los consumidores compren nuevos aparatos.
C&T
jueves, 16 de marzo de 2017 · 00:11
Evelio Martínez Martínez
evelio@uabc.edu.mx | Ensenada, B. C.

En la edición de El Vigía del 29 de diciembre del 2016, hablamos sobre el término de obsolescencia tecnológica y en especial de la obsolescencia programada, la cual se refería a la fecha que imponen los fabricantes a sus productos, reduciendo su tiempo de vida, con la finalidad de que el consumidor, lo tire y compre nuevamente un nuevo producto.
Las grandes empresas fabricantes se han dado a la tarea de contratar a una nueva clase de profesionistas, aquellos que son capaces de encontrar en un producto alguna característica que se pueda programar para que falle en un determinado tiempo, dos años, un año, o quizá menos. A esto se le conoce como innovación disruptiva.

La lámpara incandescente de Edison
La bombilla o foco eléctrico, es uno de los inventos más utilizados en el mundo, fue patentado por Thomas Alva Edison en 1880. A pesar que el invento se le atribuye a varios personajes de esa época, fue Edison quien encontró el elemento perfecto que permitía su mayor duración. Para encontrar este elemento, Edison paso mucho tiempo en su laboratorio para encontrar el material del filamento que permitiera alumbrar una habitación y durase mucho tiempo. ¿Por qué los focos incandescentes de la actualidad no duran como antes?
Hoy en día, sucede todo lo contrario. Utilizando la innovación disruptiva, es posible encontrar el filamento ideal, que permita que su tiempo de vida se acorte a un tiempo programado. El problema surge cuando el producto falla antes de su "fecha de caducidad”. Una mala programación de su tiempo de vida. Para el caso de las bombillas, éstas son relativamente económicas. Pero ¿qué sucede con un automóvil último modelo, que es devuelto por fallas en alguno de sus componentes? Lo mismo sucede en la industria de la electrónica de consumo.
El caso de las fallas de las baterías de los dispositivos móviles, es muy común. Antes, las baterías eran reemplazables. Es decir, si la batería comenzaban a fallar, era fácil encontrar un reemplazo, y así alargar la vida del dispositivo. Ahora, ya vienen integradas en el aparato y es muy difícil extraerlas. Y si quieres encontrar el reemplazo, muchas veces te conviene comprar el dispositivo completo.

El caso del software
En el caso del software, es una práctica común utilizar la obsolescencia programada en los sistemas operativos, aplicaciones, videojuegos, etc. Por ejemplo, anteriormente las licencias de algún software era de por vida. Después fueron anuales; hoy son mensuales. En el caso de los sistemas operativos, ya que estos se actualizan diario, cambian muy rápido las versiones del mismo, haciendo obsoletas las viejas versiones de las aplicaciones instaladas, y muchas veces el hardware. La compañía Apple realiza mucho está práctica. Si tienes dispositivos viejos (iPad), iPhone, iPod, por ejemplo), no podrás instalar las nuevas versiones del sistema operativo, debido a que el hardware no te lo permite. Por lo que la compañía te induce a que compres la nueva versión del dispositivo. Esto es porque Apple fabrica tanto el hardware y el sistema operativo, teniendo un control total.
En el caso de los dispositivos con Android no sucede lo mismo, ya que el sistema operativo lo genera una sola empresa, Google, mientras que el hardware viene de una variedad de fabricantes. El problema radica en que Google no hace actualizaciones del sistema operativo Android a dispositivos de marcas que él como empresa no maneja. La mayoría de las veces la versión del sistema operativo se queda estancada (e.g. versiones Lollipop, Kit Kat,...hacia atrás), mientras que en ciertos dispositivos pertenecientes a sus marcas, las actualizaciones son más recurrentes. Pudiera decirse, que ¿Google te está induciendo a que compres sus marcas?

Conclusión
La obsolescencia programada llegó para quedarse, es una práctica muy común entre los compañías fabricantes para seducirte a que compres sus productos. Respondiendo a la pregunta ¿Es ético crear un producto para que falle? Pues no es ético, pero es completamente legal. La última decisión de seguir adquiriendo los nuevos productos es tuya, tal vez estás contribuyendo en beneficio de la economía, para que haya empleos y el dinero siga fluyendo.  

Enlace a la primera parte de este artículo:
http://www.elvigia.net/c-t/2016/12/29/obsolescencia-tecnologica-parte-259894.html

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