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No aptos para conducir

Con más de un millón anual de accidentes automovilísticos fatales causados por error humano, los coches autónomos se perfilan como la mejor solución para una tarea que para muchos resulta desde aburrida hasta estresante
C&T
jueves, 4 de mayo de 2017 · 00:00
J. Antonio García Macías/COLABORACIÓN
jagm@cicese.mx

De acuerdo a su reporte del 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que en el mundo murieron más de 1.25 millones de personas en situaciones relacionadas con accidentes de tráfico; además alrededor de 50 millones resultaron con heridas no fatales.
De todos estos accidentes, más del 90 por ciento pueden ser atribuidos a errores humanos. Quizás este pueda ser el mejor argumento a favor de los vehículos autónomos (VA), es decir, aquellos automóviles que no necesitan un conductor humano, pues están equipados con la tecnología necesaria para conducirse solos.

Cada quien a lo suyo
Conducir un automóvil es una actividad que requiere de mucha atención. Hay que evaluar de manera continua la situación actual para determinar el estado del camino, los automóviles alrededor, las señales de tránsito, los peatones, la iluminación, etcétera.
Pero no sólo hay que evaluar el presente, también se requiere toda la atención para predecir cuestiones como si representa un peligro el conductor que va a toda velocidad cambiando continuamente de carril; o si el peligro lo representa aquél que se ve por el retrovisor, acercándose cada vez más; o el peatón que cruza prestando atención al teléfono pero no al semáforo que está por cambiar.
Sin embargo, a pesar de tantas demandas cognitivas que impone el manejar, reportes como el de la OMS muestran que los humanos al parecer nos aburrimos manejando.
En efecto, preferimos prestar atención de manera simultánea a otras actividades como utilizar el teléfono, discutir con otros, comer, y muchas otras cosas que distraen al conductor y pueden tener consecuencias fatales.
Y es precisamente en estas actividades aburridas, las que requieren poner atención de manera exclusiva y hacer evaluaciones y predicciones constantes, en las cuales las computadoras resultan excelentes.
Cada vez más los automóviles son equipados con funciones que permiten al conductor un manejo más seguro, por ejemplo la función de frenado automático de emergencia, que permite evitar colisiones por alcance.
Estamos, pues, en una etapa de transición en la cual se pasan más responsabilidades al automóvil para que realice tareas que los humanos no hacemos bien. Por supuesto, el siguiente paso en esta transición es ya liberar al humano de conducir.

¿Cuestión de tiempo?
El hecho tener más de 1.25 millones de muertes anuales relacionadas con accidentes de tráfico es verdaderamente alarmante. Si hubiese una epidemia que borarra a tal cantidad de personas al año, el mundo entero entraría en estado de alerta y se buscaría una vacuna para curarla.
Esta es precisamente la analogía que hace Robbie Diamond, director de la organización Asegurando el Futuro Energético de América (SAFE, por sus sighlas en inglés), quien dice que los vehículos autónomos serán la vacuna para curar la epidemia de muertes en las carreteras.
Y quizás esa vacuna llegue pronto. Henrik Christensen, líder del Contextual Robotics Institute del campus San Diego de la Universidad de California, cree que los niños de la generación actual ya no tendrán necesidad de aprender a conducir un automóvil, pues los vehículos autónomos serán ya de uso masivo.
También afirma que no sólo se evitarán muchas muertes, sino que el transportarse en carreteras será más productivo y placentero, pues no habrá que andar peleando con los demás conductores y en vez de ello se podrá ir trabajando, viendo una película, leyendo un libro, o incluso durmiendo una siesta.
Por supuesto que no todos están de acuerdo. Por ejemplo, el jefe del Instituto de Investigaciones de la empresa Toyota, quien afirma que los sistemas de inteligencia artificial necesarios para un auto verdaderamente autónomo todavía están muy lejos de ser realidad.
Sin embargo, aunque hay discrepancias en cuanto al tiempo que tomará para tener las carreteras libres de personas manejando, el consenso general es que esto es inevitable. Por el bien de todos, esperemos que así sea.

*El autor es investigador en el Departamento de Ciencias de la Computación del Cicese.

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