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Por qué dos sismos golpearon a México

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jueves, 21 de septiembre de 2017 · 00:00

AGENCIAS
Ciudad de México

Dos fuertes sismos, con 12 días de diferencia, sacudieron a México este mes, demoliendo edificios, dejando a gente aterrorizada en las calles y matando a cientos de personas que no pudieron escapar de la destrucción.

Justo antes de la medianoche del 7 de septiembre, un terremoto de magnitud 8.1, el más poderoso en golpear a México en un siglo, sacudió la zona sur del país, la más cercana al epicentro frente a la costa del Pacífico.

Luego, el martes, mientras los funcionarios continuaban sus esfuerzos de limpieza y recuperación, un terremoto con una magnitud de 7.1 golpeó a unos 100 kilómetros al sureste de la ciudad de México, causando agitación severa y sostenida en la capital. Ocurrió en el aniversario de un terremoto en 1985 que mató alrededor de 10 mil personas en México.

Aunque parezca inusual que dos fuertes terremotos golpeen relativamente cerca uno del otro en tan poco tiempo, los científicos dicen que los terremotos fuertes a veces pueden alterar las tensiones cercanas, lo que lleva a sismos subsecuentes. Pero aún no están seguros de si eso es lo que sucedió con estos dos. Éstos es algo de lo que se saben acerca de los terremotos, la frecuencia con la que golpean y dónde pueden ocurrir los más poderosos.

¿Por qué México?
La ubicación del país lo hace propenso a fuertes terremotos porque se encuentra en una llamada zona de subducción, que es una de las partes de la tierra donde una losa de la corteza se desliza lentamente bajo otra. En el caso de México, una placa oceánica -la de Cocos- se hunde poco a poco bajo una placa continental -la Norteamericana-.

Con el tiempo, el estrés se acumula debido a la fricción entre las losas, y en algún momento, la tensión es tanta que toda la energía reprimida se libera en forma de terremoto.

La zona de subducción responsable de los dos terremotos recientes se extiende a lo largo de la costa occidental de Centroamérica, desde el centro de México hasta Panamá, afirma Gavin Hayes, geofísico investigador del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). Otras zonas de subducción se encuentran en todo el mundo, y los expertos dicen que son responsables de los terremotos más poderosos del planeta.

De hecho, los terremotos con una magnitud de 9.0 o superior pueden ocurrir sólo en las zonas de subducción, afirma Hayes. Ejemplos relativamente recientes incluyen un terremoto de magnitud 9.1 frente a Japón en 2011, uno de magnitud 9.1 en Indonesia en 2004, otro de magnitud 9.2 que azotó Alaska el Viernes Santo en 1964, y un terremoto de magnitud 9.5 que golpeó a Chile en 1960, el más fuerte jamás registrado.

¿Por qué no fueron aún más fuertes?
Ambos terremotos que azotaron a México este mes ocurrieron dentro del hundimiento de la Placa de Cocos, en lugar de entre la Placa de Cocos y la Norteamericana.

Si los recientes terremotos ocurrieran entre las placas, habría producido un “megaterremoto”. Los temblores en los límites de la placa usualmente involucran fallas mayores y por lo tanto liberan más energía, generando temblores en áreas más grandes. Pero también suelen ocurrir más lejos de la superficie, indica Hayes.

Los terremotos que suceden dentro de una placa tienden a ser más débiles, pero más cerca de la superficie. En consecuencia, pueden causar grandes daños a lo que esté encima de ellas.

El terremoto del 7 de septiembre fue más fuerte que el que ocurrió menos de dos semanas después, pero los expertos dijeron que podría tener menos impacto porque el epicentro estaba más alejado de las áreas densamente pobladas.

El terremoto más reciente estuvo mucho más cerca de la Ciudad de México, construida sobre una cuenca sedimentaria. Ese tipo de geología amplifica la sacudida de un terremoto más que, digamos, un área con más roca firme.

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