Columnas

DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS: Mocos, flemas y otros efluvios

jueves, 26 de noviembre de 2015 · 00:00
Por: Dr. Enrique Sicardi Aragón
 
 
La nariz, asiento del olfato y la cual, además cumple con otras muchas funciones como el purificar y calentar el aire que respiramos. Este importante órgano se ve frecuentemente agredido por diversos elementos, muchos de ellos inevitables y otras veces por agresiones innecesarias. Los recién nacidos nacen inmaduros en casi todos sus órganos, sin embargo la nariz es uno de los pocos que muestran una madurez manifiesta, siendo capaces de reconocer olores, desde el momento del nacimiento hay una reactividad nasal, desde discretos cambios de temperatura con la presencia de estornudos, situación que invariablemente preocupa a los familiares y piensan que el bebé está iniciando gripe.
 
Los cambios de temperatura, la humedad ambiental, los polvos, pólenes, moho, perfumes, aerosoles, humos de chimenea, cigarrillo y otros, son factores que irritan la nariz, por lo tanto, esta responderá congestionándose y llorando, tal y cual lo hacen las mucosas.
 
Si aunado a los irritantes ambientales, el menor tuvo la desgracia de no haber sido alimentado suficientemente al seno materno, nació por cesárea y hay antecedentes alérgicos en la familia (atopia), la salud nasal se verá muy desfavorecida y con altas probabilidades de evolucionar a alergia y más tarde a ASMA (marcha atópica).
 
La respiración debe de ser nasal, muchas personas la realizan por la boca y esto ocasionara desde leves, hasta serias alteraciones. Recuerden que un principio fundamental para la salud tanto física como emocional es; "saber respirar”.
 
Es común que se defina a los niños como "mocosos” y esto es debido a que por su mismo comportamiento, tengan más producción de moco y si tiene algunas de las agravantes antes mencionadas, esperamos una mayor producción de moco y consecuentemente otros síntomas o propensión a complicaciones.
 
Los niños que van a estancias infantiles (malamente llamadas guarderías) padecen con más frecuencia y son más prolongados los cuadros catarrales que aquellos que se quedan en casa. Por un lado, la salida muy temprano de casa o el regreso tarde-noche con el consiguiente enfriamiento, es un perpetuador del catarro.
 
Todo el año este tipo de niños son el principal motivo de consulta pediátrica, con notable incremento en épocas de frío. Frecuentemente los padres piden vitaminas para reforzarles las vías respiratorias, esto en verdad NO tiene ninguna utilidad (si las vitaminas evitaran las gripes, las gripes no existirían) así mismo se quejan de que el niño tiene tos en las noches y por supuesto solicitan medicamentos para "quitar la tos”. Bien, sé que muchos padres son complacidos por sus médicos y les recetan desde vitamínicos y diversos fármacos, sin embargo, lo efectivo es evitar los factores productores de mucosidad y las medidas para expulsarlo como son los lavados nasales con solución salina y las micronebulizaciones, pero para muchos adultos es más fácil dar un medicamento que realizar lo antes expuesto, arguyendo que "al niño no le gusta”, por comodidad, dejan en manos del menor la responsabilidad del adulto.
 
El mejor expectorante: una buena hidratación, nebulizaciones, percusiones, pero más fácil es administrar Ambroxol u otros, que para mí personal juicio, NO SIRVEN DE NADA.
 
Los medicamentos son auxiliares o sintomáticos, lo verdaderamente resolutivo son las medidas de tipo general y lo mejor, la prevención. Por cierto, no olviden esta temporada la vacuna de la Influenza, recuerden, sólo aquel que la ha padecido, sabe lo severo que es dicho cuadro, mucho lo que se escucha de la vacuna, son puros mitos. Las vacunas han salvado a la humanidad y son los verdaderos SEGUROS DE VIDA.
 

 
sicardi53@gmail.com

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