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POR SI LAS MOSCAS: Gustos vs Medios

viernes, 6 de noviembre de 2015 · 00:00
Por: Laura Monzón
 
 
Hace varios días tuve una plática con una persona sobre los medios de comunicación. Mientras que ella argumentaba que éstos tienden a darle preferencia a ciertos rubros y manejar un enfoque en común para manipular la opinión del público, yo trataba de explicarle que podría darse cuenta de que esa situación ya no existe como tal, si revisara las noticias en diferentes espacios comunicativos y no sólo en uno.
 
Muchos creen que la Secretaría de Gobernación manda a todos los noticieros y periódicos de México una lista de los temas que pueden tocarse, con un instructivo adjunto que explica el tratamiento que deben darles para viciar la información.
 
Hace treinta años, habría estado de acuerdo. En aquel entonces existía bastante censura y las noticias se "colaban por un filtro” que sólo dejaba pasar aquellas que la gente debía conocer, con el encuadre que el gobierno se consideraba más conveniente, para mantener las cosas en paz.
 
Hoy día, esa concepción resulta obsoleta, puesto que podemos consultar medios sensacionalistas, críticos, conservadores, partidistas, más parciales, menos parciales, anti-Peña, anti-Peje y demás. El gusto se rompe en géneros y hay bastante para elegir. 
 
Cada medio se rige por una serie de criterios, por lo que presentarán la información según dicten éstos y no por lo que diga el gobierno. Conforme a su reglamento será el tipo de noticias que van a presentar y la forma en que las darán a conocer. Dependiendo de nuestra ideología e intereses, tendremos nuestros medios y noticieros preferidos. 
 
El filósofo y lingüista Noam Chomsky considera que aún existe un tipo de "alianza tácita” entre el gobierno de un país y los medios de comunicación, para establecer las prioridades informativas y presentar al público sólo ciertas noticias, ocultando aquellas que pudieran resultar peligrosas para la estabilidad social.
 
Los profesores de la Northwestern University, Pablo J. Boczkowski y Eugenia Mitchelstein, consideran lo contrario: hoy día, los medios de comunicación se mueven según las preferencias de su auditorio.
 
En su libro "The news gap” (La brecha de las noticias), explican que, según sus investigaciones, la mayoría de los periodistas prefieren hablar de temas políticos, económicos e internacionales. Sin embargo, el público muestra una predilección por las noticias deportivas, policiacas, espectáculos, ocio y el clima, buscando las de política y economía sólo cuando se presenta un periodo electoral o un momento de crisis, lo cual origina una oferta-demanda de noticias que obliga al medio a inclinarse hacia los gustos de su auditorio.
 
También comentan que el internet y la televisión de paga han intensificado la competencia entre los medios informativos, así como la habilidad del público para buscar las noticias que le resultan más atractivas y tendiendo a ignorar el resto.
 
Esto es una ventaja porque, a diferencia de hace treinta años, hoy día podemos elegir el tipo de información que nos interesa y con el encuadre periodístico que más nos plazca. Pero también es una desventaja ya que, por lo general, preferimos las noticias más banales por ser más digeribles, y hacemos a un lado las que resultan complicadas, aunque sean trascendentales.
 
Por esta razón, seguir afirmando, a estas alturas del partido, que existe un complot de los medios y el gobierno para manipular y ocultar la información es absurdo y, más bien, irresponsable. En nuestras manos está decidir el tipo y la calidad de las noticias que queremos, por lo cual tenemos que aprender a diferenciar las relevantes de las superficiales.
 
Pregunta: si tuvieran frente a ustedes dos revistas, una sensacionalista y de entretenimiento, otra de temas políticos y económicos, ¿cuál escogerían?

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