POR SI LAS MOSCAS: De becas y otros cuentos

 

 

A la mayoría de los políticos mexicanos, sean del partido que sean, les encanta prometer mucho y cumplir poco. Los que tenemos en Ensenada no están libres de pecado. Aunque en los medios de comunicación se muestren como "hermanitas de la caridad”, la realidad es muy diferente.

 

Cuando llega la época electoral, los políticos le prometen al pueblo el sol, la luna y las estrellas, con tal de favorecerse y beneficiar a sus partidos. Pero en cuanto pasan las votaciones, el encanto termina, las promesas se desvanecen y cualquier tipo de ayuda ofrecida se niega o empieza a embadurnarse con limitantes y restricciones.

 

Para la mayoría de los políticos, "ayudar” es una estrategia populista que, en algunos casos, podrá mitigar la necesidad de la gente por un tiempo, pero nunca atacará el problema de raíz. Su finalidad es dar cuando les conviene y quitar cuando no existe un beneficio de por medio. Es su manera de mantener al pueblo subyugado y dependiente.

 

A los políticos les gusta hablar y aparentar, para hacer como que hacen, sin hacer nada, sólo para ganarse la simpatía de ciertos sectores. Si fuera de otra manera, se notaría el cambio y el país sería diferente.

 

Esta semana el diputado Armando Reyes Ledesma criticó que la verificación vehicular fuese un requisito para el canje de placas. Su argumento fue que el 97% de los autos verificados no contaminan, por lo que es innecesario mantener esta medida. 

 

Puede que tenga razón; no debería ser un requisito para el canje de placas. Pero ¿por qué no habla de los vehículos que circulan sin placas, en mal estado y contaminan como chimeneas? ¿Por qué no exhorta a los dueños a repararlos y afinarlos? ¿Por qué no habla de prohibir la circulación de esos autos que, al estar en malas condiciones, ocasionan accidentes? 

 

Por supuesto que Reyes Ledesma no va a herir susceptibilidades, ahora que le "pidieron” lanzarse como candidato a la presidencia municipal de Ensenada. Si se postula y gana, veremos si sigue abogando por eliminar la verificación vehicular, que sólo "es una política recaudatoria del gobierno del estado”, como él dice. 

 

Habrá que acordarse de sus palabras, medir sus acciones y ver si unas corresponden con las otras, como lo

sucedido con el caso de las becas que entregó a estudiantes de preparatoria y licenciatura. 

 

El año pasado los periódicos publicaron las buenas nuevas de las becas, acompañadas de fotos del Diputado rodeado de estudiantes sonrientes. Todavía en marzo de este año entregó 200 becas, expresó su preocupación por la falta de apoyos gubernamentales y reafirmó que durante su gestión continuaría patrocinando de manera incondicional a los estudiantes. Todo era felicidad.

 

Sin embargo, casualmente, después de las elecciones y que la candidata Rocío López Gorosave perdiera las elecciones, la carroza se transformó en calabaza y muchos estudiantes se quedaron sin la beca. 

 

Las excusas y explicaciones que los afectados obtuvieron, fueron variadas: que el partido se había gastado todo el presupuesto en las elecciones, que no les convenía porque había becas muy costosas o que se las quitaron a los que no hicieron el "servicio social” exigido por Reyes Ledesma para apoyar a su partido, antes y durante los comicios.

 

¿No que su ayuda se mantendría durante su gestión y era "incondicional”? Más bien, parece que la estrategia de

las becas fue ideada con fines electoreros; pero cuando López Gorosave perdió, Reyes Ledesma decidió quitarles el apoyo a los jóvenes estudiantes que le salían más caros. ¿O fue a todos?

 

Hay que recordar que en épocas de elecciones a los políticos les gusta prometer y tomarse la foto para presumir su "benevolencia”; después, todo cambia. Por eso, no hay que olvidar palabras y promesas.

 

Por cierto, cuando Peña Nieto se dio una vuelta a Ensenada para conmemorar el Día de la Marina, Reyes Ledesma aseguró que habló personalmente con el primer mandatario, para exponerle las problemáticas que aquejan a Ensenada. Si esta anécdota es cierta, habrá que preguntarle al señor Diputado si el señor Presidente ya le dio una respuesta satisfactoria a sus peticiones. 

 

De paso, que enseñe la foto de aquella amistosa charla entre cuates.