DESDE EL VIGÍA

La mayor parte del equipamiento urbano de Ensenada desde hace rato que cumplió con su vida útil, pero continúa en operación porque no hay forma de sustituirlo por una infraestructura más moderna. Para el número de habitantes de Ensenada sus principales avenidas, sistemas de semáforos, señalamientos, redes de distribución de agua, hospitales, tendido eléctrico, fuentes de suministro de energía, parques, teatros, playas públicas y salones sociales, además de insuficientes, resultan ya obsoletos y mantenerlos en operación es demasiado caro.

Lo preocupante de todo esto es que la ciudad crece de manera desordenada, sin visión de futuro, con los mismos procedimientos de hace décadas.

Y a pesar de contar con una prestigiada comunidad científica, Ensenada no ha podido aprovechar las energías alternas, como la solar y eólica, y tampoco utilizar el gas natural que se encuentra almacenado a escasos kilómetros de la mancha urbana, porque todavía no se impulsa en serio la instalación de un gasoducto.

Por su ubicación geográfica, extensión territorial, clima, sus dos costas y potencial pesquero, portuario, ecoturístico, vinícola, agrícola y minero, el municipio de Ensenada debería ser un emporio donde los principales empresarios del mundo estarían interesados en invertir, pero como no se ha resuelto el principal problema, que es el abasto de agua no sólo para el consumo doméstico, sino para atraer industrias, entonces todo se queda en simples expectativas que de manera frecuente se repiten una y mil veces en los diversos foros gubernamentales y privados. Tenemos tanto y no crecemos.

Ensenada, de seguir así las cosas, se convertirá en un lugar de retiro, una especie de asilo, porque no pasará nada, los cambios o avances serán mínimos, todo se mantendrá igual, pero eso provocará que miles de jóvenes ensenadenses salgan a buscar en otros lares mejores condiciones, porque aquí sólo podrán establecerse los jubilados de Estados Unidos y Canadá, cuya pensión en dólares les alcanzará para gozar sin problemas el atardecer de su existencia.

En tanto no se cuente con una agenda de lo importante, proyectos como la ampliación del puerto de Ensenada y El Sauzal, el aeropuerto civil, el ferrocarril Tecate-Ensenada, los parques industriales, el libramiento carretero El Sauzal-Maneadero, la prolongación del Bulevar Costero o Malecón, no se van a cristalizar en el mediano plazo, y cuando se hagan tal vez sea demasiado tarde.