LA BRÚJULA

lunes, 26 de septiembre de 2016 · 00:00
El relevo generacional
(Dedicado a Alfonso Peterson Cota)

Ayer, ya noche, me informaron del fallecimiento de mi querido primo hermano Alfonso Peterson Cota a sus 96 años, nacido en Ensenada y que radicaba actualmente en Tijuana.
Alfonso era sumamente conocido por viejos ensenadenses y con su fallecimiento ésta última generación de hermanos y primos hermanos de la cuál formo parte se va reduciendo,  ya que pertenecemos a la generación más adulta hoy en día.
Cuando llegó el Dr. Bertram H. Peterson y Doña Guadalupe Gutiérrez de Peterson, acompañados de sus hijos Ovedia y Bertram en 1887 a este puerto, y fueron pioneros de Ensenada que apenas había sido fundada en 1882, aquí nacieron sus hijos Leo, Alfonso y María ya todos ellos fallecidos. 
Por parte de Bertram no hay descendientes; de Ovedia todos sus hijos ya fallecieron; de María también, de Alfonso quedan los hermanos de Alfonso hijo: Leo, que ahora es el Patriarca de ésta última generación, la más adulta y sus hermanos Enrique, y Héctor; de Leo quedamos Olivia, mi gemelo Humberto y yo el más joven por (dos minutos), ya estamos alineados y sólo Dios sabe en qué orden irá esta vieja, mejor dicho adultos mayores partiremos a nuestro destino final.
Nuestra generación se caracteriza por ser muy unidos, por estarlo no sólo por la sangre sino por esos lazos afectivos que siempre al encontrarnos o estar reunidos se desborda, de manera natural, el amor y cariño que nos tenemos y ese espíritu solidario que nos ha caracterizado.
Alfonso era un gran conversador, tenía una memoria privilegiada y guardaba en ella infinidad de datos relacionados con Ensenada: Lugares, personajes, anécdotas, etc. Cuando se ponían a platicar Leo, mi primo y compadre y Alfonso, era un deleite el ver como de sus memorias afloraban una cantidad de datos impresionantes sobre Ensenada…
Yo tuve la intención de grabar a Alfonso para rescatar lo que había en ese archivo viviente, no lo logré, incluso le mande un cuestionario a su esposa y familia para que lo motivaran y lo contestara rescatando de esa manera aquellas vivencias. Tengo entendido que lo intentaron pero lamentablemente no se pudo y junto con él se perdió un Ser humano extraordinario y una fuente muy rica de información.
El nuevo Patriarca de esta última generación que quedamos es Leo, de manera que tendré que volverlo a entrevistar, como ya lo hice algunos años atrás y rescatar más de sus recuerdos haciendo que su memoria evoque y nos alimente.
Alfonso fue un hombre que vivió como quiso, comió lo que quiso, fumó cuanto pudo, estuvo siempre rodeado de mucho amor, y a sus 96 años, sin darse cuenta estando dormido entregó su alma tranquilamente al Creador.
En nuestro corazón guardamos el recuerdo de quienes ya se nos adelantaron y que tuvimos la oportunidad de expresarles nuestro amor, dialogamos con ellos personalmente o en la distancia por teléfono para escucharlos y sentir las caricias de sus voces y sentirlos cercanos aún en la lejanía ya que el amor no tiene distancias.
Alfonso dejó a sus hijos unidos y el mejor homenaje que le pueden brindar es el estar apoyándose mutuamente y mantener vivo en sus hijos y nietos el recuerdo del abuelo o bisabuelo para que su memoria no quede enterrada en el baúl de los olvidos y sí mantengan la llama viva, haciendo vida los valores que les comunicó que es la mejor herencia que podrán haber recibido.
Exhorto a ésta última y adulta generación que estemos aún más unidos mientras la vida nos da la oportunidad de poderlo hacer. 

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