DESDE EL VIGÍA

En los tiempos del partido único y sus gobiernos autoritarios, que simulaban procesos democráticos que con el tiempo fueron catalogados como prácticas de una "dictadura perfecta”, los funcionarios electos y de designación presumían su nacionalismo y vocación de servicio.

Y aunque luego de la alternancia política muchos creyeron que la corrupción gubernamental desaparecería tras la derrota de la fuerza electoral que dominó al país durante 70 años, hoy la conformación de cabildos y congresos divididos demuestra que la opacidad, desvíos y falta de rendición de cuentas no son privativos de un partido, sino de toda la clase política en el poder, y es por eso que los ciudadanos se alejaron de las urnas y muy pronto dejaron de creer en la democracia representativa y en el sistema de partidos.

Ensenada es el mejor ejemplo de lo anterior, porque en un plazo de 25 años pasamos del primero al último lugar a nivel nacional en participación electoral, abstencionismo que se ha traducido en conflictos de gobernabilidad, confusión y desorden social.

No obstante, debido a la nula credibilidad de las instituciones y los políticos, quienes en breve asuman sus cargos como diputados locales y autoridades municipales, tienen que estar conscientes de que encima de ellos habrá una lupa ciudadana, porque el sector empresarial, las asociaciones y colegios de profesionistas, así como organizaciones civiles y medios informativos, incrementarán de manera notable el grado de exigencia social.

Gracias a los instrumentos legales para transparentar la función pública ya no será tan fácil para los funcionarios y representantes populares disponer del erario con discrecionalidad, y los errores que cometan de inmediato serán ventilados en las redes sociales, que en las circunstancias actuales son despiadadas en este país.

Por lo tanto, las autoridades entrantes tienen la gran oportunidad de demostrar que solicitaron el voto porque sí tienen vocación de servicio y compromiso social, porque de lo contrario hasta ahí llegará su carrera política, más ahora que el pluripartidismo, las candidaturas independientes y la equidad de género también incidirán en las preferencias electorales.