ESPEJO Y VENTANA

lunes, 16 de enero de 2017 · 00:00
No más "pies secos” 

En 1962 ante el temor de la expansión del comunismo en América Latina y el Caribe, el presidente estadounidense John F. Kennedy promulgó el embargo de la isla de Cuba. El objetivo de este embargo era propiciar niveles de descontento que provocaran un derrocamiento del gobierno de Castro. Al ver que el embargo no había provocado los resultados esperados, se lanzó una Ley Migratoria preferencial para los migrantes cubanos. Esta ley establecía que todo aquél cubano que pisara tierra estadounidense tenía derecho a residir en los Estados Unidos y después de un año obtener la ciudadanía. Como consecuencia de esta ley hubo un alarmante flujo de migrantes cubanos que cruzaban por el Caribe para llegar a Florida. Ante esta migración masiva, el presidente Clinton realizó un ajuste a la ley migratoria e instauró la política "Pies secos, pies mojados”. Ésta permitía que únicamente los migrantes cubanos que pisaran terreno estadounidense- "pies secos” - tendrían derecho a entrar sin visa, mientras que los que fueran rescatados en el mar "pies mojados” serían regresados a la isla.
A finales del 2014, el presidente Barack Obama y Raúl Castro dieron inicio a un proceso de normalización de relaciones diplomáticas. Desde que comenzaron a restablecerse estas relaciones bilaterales se presenció otra gran oleada de migrantes cubanos hacia los Estados Unidos, puesto que se previa que como consecuencia de esta apertura diplomática se terminaría la política "pies secos, pies mojados”.
Justo como se esperaba, la política migratoria preferencial para Cuba se vio interrumpida por una última acción de la administración de Obama. De forma sorpresiva acabó con esta política como parte del proceso de normalización de relaciones. De igual manera, se eliminó el programa que permitía que los doctores cubanos pudieran migrar fácilmente hacia los Estados Unidos. Muchos cubanos que ya habían iniciado su ruta de migración rumbo a la frontera o costas estadounidenses, permanecen "atorados”. No sólo se interrumpió su camino, sino que también sus sueños, aspiraciones y metas han sido bloqueadas por esta iniciativa. La población que ha quedado atrapada está confundida y han considerado proseguir su proceso migratorio mediante medidas alternas. Con el cruce "ilegal” que implica una mayor cantidad de riesgos y costos. 
Algunos cubanos coinciden en que la decisión es justa, ya que evitará "la fuga de cerebros” que ha retrasado en cierta medida el crecimiento de la isla. Raúl Castro, manifestó su apoyo a esta decisión al considerar la anterior política como "un estímulo a la emigración irregular, al tráfico de emigrantes y las entradas irregulares a los Estados Unidos.

Como respuesta a la decisión estadounidense, el gobierno de Cuba también realizará concesiones al recibir a todos los cubanos que hayan sido deportados de los Estados Unidos. Puesto que anteriormente, los emigrantes isleños era vistos como  traidores a la patria. 
El levantamiento de estas políticas migratorias favoreció las relaciones diplomáticas, pero también provocó un gran descontento en la población. Obama le deja un reto al próximo presidente, Donald Trump, respecto a si continuará con este proceso de normalización de relaciones o si dará vuelta atrás a los avances logrados en estos últimos años. Nos enfrentamos a una problemática. Por un lado tenemos el deseo de continuar con este proceso de paz bilateral; por el otro, se observa una crisis migratoria que también podría implicar graves violaciones a los Derechos Humanos y el riesgo de los cubanos a la deriva. 

Por: 
Renata Mercado López
renatamercado8@gmail.com

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