ESPEJO Y VENTANA

lunes, 23 de enero de 2017 · 00:00
¿Una catástrofe o una oportunidad de cambio?


El pasado 20 de enero de 2017, Donald Trump asumió el cargo de presidente de los Estados Unidos de América. Con su llegada, se observa una sociedad estadounidense gravemente dividida: Por un lado tenemos a sus seguidores, que ven en este personaje una oportunidad de cambio y mejora. Por el otro, es encuentran los ciudadanos que no aprueban su llegada al poder, temen que sus ideas xenofóbicas, misóginas y nacionalistas amenacen los derechos y la calidad de vida de un amplio porcentaje de la  población estadounidense. Trump es considerado como el presidente de E.U. que ha iniciado su mandato con los niveles más bajos de popularidad, sólo el 40% de la población tiene una opinión positiva sobre su nuevo Jefe de Estado. 
Trump es sólo otro síntoma de una tendencia que se ha observado durante estos últimos años alrededor del mundo: la necesidad de un cambio en el sistema económico, político, social e internacional actual. Esta necesidad permitió que los personajes y grupos que pregonaban ideas de cambio radical , ya sea hacía el espectro político de derecha o de izquierda, y que normalmente eran vistos como "absurdos” o "extremistas”, tuvieran la oportunidad de ocupar posiciones de poder. 
El discurso inaugural de Donald Trump giró en torno a una frase central: América Primero. En sólo unos minutos Trump acabó con el discurso que moldeó la política exterior de los Estados Unidos desde el siglo XIX: El destino manifiesto, que establece la misión y la obligación moral que tiene el pueblo estadounidense de extender y defender la libertad y el imperio de la ley. 
Este discurso dio forma a la política "Alianza por el progreso”,  que promovió el presidente Kennedy durante la Guerra Fría. Esta medida brindaba apoyo a gobiernos aliados en América Latina, para evitar la expansión de los discursos nacionalistas, proteccionistas y comunistas que amenazaban los intereses económicos y comerciales de los Estados Unidos. Estos intereses promovieron uno de los cuatro pilares, que de acuerdo con E.U. debía poseer el Nuevo Orden Mundial del Siglo XX: La apertura económica. Además, esta misión de expandir la libertad promovió la intervención humanitaria y de cooperación para el desarrollo en más de 80 países, a través de la agencia US AID.
En su discurso, Donald Trump proclamó: "Hemos hecho ricos a otros países mientras la riqueza, la fuerza y la seguridad de nuestro país se ha esfumado en el horizonte (…) A partir de este día, sÓlo Estados Unidos será la prioridad. Estados Unidos primero”.
Con esta frase Trump dio inicio a una política basada en el proteccionismo y el nacionalismo contra el que tanto habían combatido sus predecesores.  
Trump ya llegó a la presidencia. Ya no es momento de que el miedo guíe nuestras acciones .Vienen nuevos retos, en especial en materia de defensa de los Derechos Humanos y la reestructuración de las estrategias comerciales. Esta transición no será sencilla y podrá tener catastróficas consecuencias para algunos países que dependían del apoyo estadounidense. Sin embargo , también brinda una oportunidad para cambiar la tradicional relación dependiente que tenían diferentes países con esta nación; comenzar a buscar alternativas de desarrollo y crecimiento dentro de sus propios territorios. Finalmente, la llegada de un líder xenófobo y misógino le arroja una mayor responsabilidad a la sociedad civil, que deberá trabajar unida para permitir que los derechos de todos los habitantes sean respetados.
 
Por:
Renata Mercado López
renatamercado8@gmail.com


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