El engaño de la CFE

La próxima semana se dará a conocer que la Comisión Federal de Electricidad ha mantenido engañados a miles de usuarios ensenadenses.

Una verdad a medias es una mentira incompleta y esconder información puede no ser ilegal, pero sí por lo menos moralmente tramposo.

Desafortunadamente la CFE tiene un cómplice en este asunto -o por lo menos un encubridor-, que es el XXII Ayuntamiento de Ensenada.

LA SOLEDAD DE SAN QUINTIN
La zona sur de Ensenada no sólo está abandonada, también está sola, muy solita.

En el pleito en torno a las diversas Asociaciones Públicas Privadas que se vive en el Congreso del Estado literalmente se están llevando entre las patas -así es el refrán, no por referencia animalesca a los involucrados en el tema-, a San Quintín y sus alrededores.

Cancelar la construcción de la planta desalinizadora para esa región es condenar a una muy próxima y grave crisis a la estabilidad social y desarrollo económico de esa zona. El sólo hecho de retrasar la construcción es en sí mismo dañino.

¿Defender la desalinizadora es proteger un gran y/o sucio negocio gubernamental?, pudiera ser, más no hay pruebas al respecto y si es así que quien o quienes las tengan las presenten y hagan públicas.

Lo que sí es un hecho es que sin esa planta los sanquintinenses y otras comunidades aledañas estarán en los siguientes años en serias dificultades hídricas.

Alejandro Arregui Ibarra, diputado local y representante del distrito electoral que comprende esa región, ha planteado la propuesta de sacar ese proyecto de la “cajita feliz” de APPS presentadas por el Gobierno del Estado.

Discutirlo y revisarlo en lo individual es por el momento la única solución factible para esa región.

En esa revisión podrían corregirse los abusos y/o presuntos malos manejos que algunos sospechan, más lo que no se puede hacer es suspender o retrasar demasiado la planta.

Sin embargo, nadie de Cabildo -alcalde y/o regidores-, organizaciones empresariales, partidos políticos, colegios de profesionistas, cafetólogos, etcétera se han pronunciado pública y enérgicamente al respecto.

Eso de estar abandonado debe ser difícil, pero además saberse tan solito debe estar de la rechinada.

EMPRESARIOS “FILANTRÓPICOS”
La polémica en torno al famoso C-5 continúa y en medio de tantos pleitos, gritos y sombrerazos llama la atención -y conmueve al corazón- la “nobleza” de la empresa Seguritech, la cual -según anunció el Secretario General de Gobierno, Francisco Rueda Gómez-, renunció desde el 12 de septiembre al contrato -que ya había ganado- y a los cientos de millones de pesos que obtendría con ese convenio.

Resulta extraño que una compañía que está hecha para ganar dinero -para eso se constituye la mayoría de las empresas, salvo las altruistas, filantrópicas y/o las que lavan dinero-, renuncie con tal facilidad a un jugosísimo contrato.

La propia Madre Teresa de Calcuta hubiera envidiado tanta generosidad y tal vez hasta hubiera derramado una salobre lágrima ante tanta humildad y desinterés... (sniff, snifff)

CIGARILLOS Y SODAS
En la Comisión de Hacienda y Crédito Público de la Cámara Federal de Diputados se inició la discusión en torno a la Ley de Ingresos del 2018 y organizaciones civiles han planteado dos temas que están generando fuerte polémica.

Uno de ellos es incrementar en un 75% los impuestos a los cigarrillos, lo que representaría ingresos fiscales adicionales por 10 mil millones de pesos al año en el país.

Aumentar el costo del cigarro y refrescos desalienta su consumo y habría más recursos para atender a las víctimas del tabaquismo y de la obesidad, argumentan los promotores de ambos ajustes.

Sin embargo, los opositores a esas medidas señalan que en el caso de los cigarrillos podría alentarse el comercio ilegal y que no hay evidencias de que lo que se ha recaudado adicionalmente con aumentos fiscales a esos productos vaya eficiente y efectivamente para programas de salud, ya sea preventivos o curativos. Son medidas tributarias, no sanitarias.

FRASES
La mente que se abre a una nueva idea, jamás volverá a su tamaño original.

(Albert Einstein)

* El autor es periodista y atlantista