¿Y el plan de movilidad urbana apá?

Cuando se autorizó el aumento a las tarifas del transporte urbano se establecieron una serie de condiciones a los transportistas para que pudieran ajustar el costo del pasaje.

En ese mismo documento se fijó por parte del Ayuntamiento de Ensenada -el mismo que firmó ese acuerdo y que sigue todavía en funciones- el compromiso de realizar diversas acciones, entre las que estaban: la elaboración del Plan de Movilidad Urbana y reforzar la Unidad Municipal de Transporte.

Ninguno de esos dos compromisos han tenido avances reales o por lo menos si han existido, no han sido dados a conocer a la población.

En el caso del Plan de Movilidad Urbana, Plan Maestro de Vialidades o cómo quieran llamarle ni siquiera se sabe que se haya empezado a elaborarse, ni siquiera se tienen los fondos para hacerlo.

Sin embargo, algunos vivales -por no decirles de una manera más castiza y prosaica-, ya andan promoviendo el otorgamiento de nuevos permisos para taxis, los cuales prácticamente duplicarían el número de los existentes.

El director de la UMT, Felipe Romero Guzmán, emitió una opinión favorable de factibilidad de 465 nuevos taxis, sin que dicho análisis tenga el fundamento del Plan de Movilidad Urbana porque ni siquiera existe.

Resulta también curioso que sin tener el mencionado plan se haya aceptado la solicitud de tan alto número de permi$o$.

¿Ha$ta qué nivel o quiene$ e$tán involucrados en esa $ingular promoción? Es difícil saberlo, sin embargo, llama la atención la enérgica y razonable postura del alcalde, Marco Antonio Novelo, de rechazar lo que se presume pretendía ser un buen negocio de unos cuántos en perjuicio de unos muchos.

Abusos, engaños y traición
Ayer se publicó en este diario la “omisión” de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de informar detalladamente a sus clientes los conceptos que le cobra y no como ocurre actualmente que el Impuesto para el Fomento Económico (IFE), se incluye en el mismo concepto del Derecho por Alumbrado Público (DAP).

Los especialistas deberán determinar si hay una violación a los derechos de los usuarios de la CFE por ese “olvido”, pero lo que resulta evidente es una situación moralmente engañosa, dolosa y tramposa.

De acuerdo al convenio establecido con las autoridades municipales la paraestatal tiene la obligación de informar al usuario que le está cobrando dos tributaciones correspondientes del Ayuntamiento: el Derecho por Alumbrado Público y el Impuesto para el Fomento Económico.

También resulta curioso que, si bien, el DAP que colecta la CFE se utiliza para pagar el consumo por alumbrado público, el Impuesto para el Fomento Económico se utiliza para: ¡pagar la luz de los edificios municipales!

¿Entonces para qué sirve etiquetar un impuesto o derecho si a final de cuentas lo van a gastar en lo que le venga en gana al gobernante? La respuesta es muy sencilla, porque en realidad es una manera de disfrazar el aumento de las tributaciones.

Podrían -por ejemplo- crear el Impuesto para Viajes Espaciales y después gastarlo para cubrir la nómina y no pasaría nada.

Liberen a las CESP
El sector empresarial en el Estado encabezado por la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) propone que las comisiones operadoras del agua en la entidad, léase Cespe, Cespm, Cespt y demás, sean autónomas y que no dependan del gobierno para que el servicio sea de calidad y transparente.

Además que sus directivos sean nombrados a través de sus consejos administrativos, esto, para que los titulares sean expertos en el tema del agua y no caer en el compadrazgo, o que su director resulte un abogado o un administrador que lo único que sepa de agua, sea que las venden embotelladas en las tiendas.

La idea no es mala, sin embargo, hay que tener cuidado con esto porque la corrupción siempre sale triunfando en México y los políticos se las ingenian para poner a sus “alfiles” para sacar provecho, por más candados le pongan al asunto.

Las malas administraciones en la comisión del agua en Ensenada, además de las pésimas políticas sobre el tema del agua de los gobiernos estatales, tanto actuales como anteriores (del PRI y PAN) han provocado la escasez del vital líquido, aunado a que la cultura del cuidado de la misma de los ciudadanos deja mucho qué desear.

Ya había habido algunas propuestas (con Pelayo) para que la Cespe pasara a la administración municipal, que obvio no prosperó, porque si el Ayuntamiento no tiene para ofrecer los servicios básicos, menos administrar una empresa de ese tamaño.