PROYECTOVINO
Maridando México
Por Araceli Velázquez Córdoba
El sábado pasado tuve el gusto de visitar la Ex Hacienda de Chautla. En este hermoso lugar que data de 1777 y que se encuentra en el Estado de Puebla, se realizó la primera edición del festival Maridando México, organizado por Hoteles Misión.
Eran las 9 de la mañana y nuestra camioneta estaba por salir. Sólo esperábamos a 5 personas para empezar nuestro recorrido. Al llegar las personas que faltaban, fue una grata sorpresa ver que no eran de México, venían de Venezuela y querían conocer más del vino mexicano. Tras hora y media de camino desde la Ciudad de México llegamos a San Martín Texmelucan. Nos recibieron con los brazos abiertos todos los organizadores. Pasamos a recoger nuestra copa conmemorativa, la cual ya venía llena de un Chardonnay muy fresco, ideal para el día que se iba poniendo hermoso.
Caminamos a lo largo de los jardines, visitando los diferentes pabellones. El pabellón gourmet iba desde un asador campestre que estaban encendiendo, un espacio para hacer una paella gigante, choripanes, empanadas, tablas de queso, de jamón serrano, hamburguesas al carbón, pizzas y unos postres realmente exquisitos.
La entrada al evento incluía asistir a una de las diferentes catas ofrecidas por las vinícolas que participaron, por lo que después de ver el programa, decidimos anotarnos en la de Chateau Camou y sus deliciosos vinos que producen en el Valle de Guadalupe.
Ya con la tranquilidad de nuestra cata reservada, ahora sí era tiempo de conocer el pabellón del vino. Al entrar fui reconociendo caras de amigos a los cuales es muy emocionante encontrarte a los casi 3,000 kilómetros de distancia que hay entre Ensenada y Puebla. Quienes viajan desde acá con sus vinos y gran entusiasmo para darlos a conocer ellos mismos a los demás Estados de la república. Llegando pude saludar, entre otros, a Nydia Krauss de Alximia, Ivan Gallardo de Vinícola Dubacano, a Carlos y Montserrat Velasco de Misiones de California y a Sofía Sarabia de Concierto Enológico. Todos tenían ya sus vinos listos para que los visitantes los probáramos y pasar un día “diVINO”.
Yo soy un poco especial para este tipo de festivales. Estoy convencida que el reunir a esta industria y dar a degustar sus vinos lejos de donde se producen es un gran acierto. El que los dueños de las vinícolas o expertos estén precisamente ahí dándolos a conocer es una oportunidad gigante para crear esta cultura del vino que tanto nos hace falta. Sin embargo existe una línea muy delgada en este tipo de festividades, en donde se puede perder el objetivo principal y la gente lo confunde con una gran fiesta en donde se deja de lado el conocer, degustar y paladear vinos nuevos o incluso los ya conocidos que nos gustan. Es muy importante que los organizadores sepan lo que se está haciendo, no sólo por lograr una taquilla de forma fácil, ¿a quién no le gusta probar y probar vinos acompañados de comida deliciosa? Se debe saber que aunque sean degustaciones, se necesita establecer una conciencia y responsabilidad al estar ofreciendo una bebida con alcohol, tener los cuidados necesarios para que el objetivo real no se pierda y tanto los visitantes como los expositores tengamos una experiencia exquisita, y que además nos deje un aprendizaje acerca de esta industria tan hermosa en nuestro país.
Maridando México tiene todas las características que creo son necesarias para llegar al objetivo final, dar a conocer los vinos de México. Platicar historias acerca de cada etiqueta de cada vinícola o bodega. Interesar al consumidor y envolverlo de todo lo que existe. Manos mexicanas trabajadoras en el campo que se conjuntan con expertos enólogos para crear esta bebida que tanto nos acompaña a lo largo de nuestras vidas, la cual ya que está embotellada y con su propia historia, una vez que la descorchamos, se vuelve parte de la nuestra. Enhorabuena Hoteles Misión por esta primera de muchas ediciones que estoy segura vendrán.
aracelivelazquez@proyectovino.com.mx
www.proyectovino.com.mx
Twitter: @proyectovino
Eran las 9 de la mañana y nuestra camioneta estaba por salir. Sólo esperábamos a 5 personas para empezar nuestro recorrido. Al llegar las personas que faltaban, fue una grata sorpresa ver que no eran de México, venían de Venezuela y querían conocer más del vino mexicano. Tras hora y media de camino desde la Ciudad de México llegamos a San Martín Texmelucan. Nos recibieron con los brazos abiertos todos los organizadores. Pasamos a recoger nuestra copa conmemorativa, la cual ya venía llena de un Chardonnay muy fresco, ideal para el día que se iba poniendo hermoso.
Caminamos a lo largo de los jardines, visitando los diferentes pabellones. El pabellón gourmet iba desde un asador campestre que estaban encendiendo, un espacio para hacer una paella gigante, choripanes, empanadas, tablas de queso, de jamón serrano, hamburguesas al carbón, pizzas y unos postres realmente exquisitos.
La entrada al evento incluía asistir a una de las diferentes catas ofrecidas por las vinícolas que participaron, por lo que después de ver el programa, decidimos anotarnos en la de Chateau Camou y sus deliciosos vinos que producen en el Valle de Guadalupe.
Ya con la tranquilidad de nuestra cata reservada, ahora sí era tiempo de conocer el pabellón del vino. Al entrar fui reconociendo caras de amigos a los cuales es muy emocionante encontrarte a los casi 3,000 kilómetros de distancia que hay entre Ensenada y Puebla. Quienes viajan desde acá con sus vinos y gran entusiasmo para darlos a conocer ellos mismos a los demás Estados de la república. Llegando pude saludar, entre otros, a Nydia Krauss de Alximia, Ivan Gallardo de Vinícola Dubacano, a Carlos y Montserrat Velasco de Misiones de California y a Sofía Sarabia de Concierto Enológico. Todos tenían ya sus vinos listos para que los visitantes los probáramos y pasar un día “diVINO”.
Yo soy un poco especial para este tipo de festivales. Estoy convencida que el reunir a esta industria y dar a degustar sus vinos lejos de donde se producen es un gran acierto. El que los dueños de las vinícolas o expertos estén precisamente ahí dándolos a conocer es una oportunidad gigante para crear esta cultura del vino que tanto nos hace falta. Sin embargo existe una línea muy delgada en este tipo de festividades, en donde se puede perder el objetivo principal y la gente lo confunde con una gran fiesta en donde se deja de lado el conocer, degustar y paladear vinos nuevos o incluso los ya conocidos que nos gustan. Es muy importante que los organizadores sepan lo que se está haciendo, no sólo por lograr una taquilla de forma fácil, ¿a quién no le gusta probar y probar vinos acompañados de comida deliciosa? Se debe saber que aunque sean degustaciones, se necesita establecer una conciencia y responsabilidad al estar ofreciendo una bebida con alcohol, tener los cuidados necesarios para que el objetivo real no se pierda y tanto los visitantes como los expositores tengamos una experiencia exquisita, y que además nos deje un aprendizaje acerca de esta industria tan hermosa en nuestro país.
Maridando México tiene todas las características que creo son necesarias para llegar al objetivo final, dar a conocer los vinos de México. Platicar historias acerca de cada etiqueta de cada vinícola o bodega. Interesar al consumidor y envolverlo de todo lo que existe. Manos mexicanas trabajadoras en el campo que se conjuntan con expertos enólogos para crear esta bebida que tanto nos acompaña a lo largo de nuestras vidas, la cual ya que está embotellada y con su propia historia, una vez que la descorchamos, se vuelve parte de la nuestra. Enhorabuena Hoteles Misión por esta primera de muchas ediciones que estoy segura vendrán.
aracelivelazquez@proyectovino.com.mx
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Twitter: @proyectovino
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