Izquierda sin futuro I

Sin idealismo, la política se reduce a una forma de contabilidad social y esto es algo que un conservador puede tolerar muy bien, pero para la izquierda significa una catástrofe.

Tony Judt (Historiador y escritor británico)


En estos tiempos, con gran necesidad de dignificar la política con la participación de gente proba en todas las corrientes de pensamiento, especialmente aquella que se preocupa auténticamente por los millones de marginados, desposeídos y sectores más vulnerables de la sociedad, es necesario rescatar desde la raíz la ideología de izquierda, la cual aún no recupera su sitio usurpado por el pragmatismo.

Para ello, habrá de remitirse al origen, es decir al marxismo que con base en el materialismo dialéctico explica con claridad las contradicciones sociales; pero nadie debe equivocarse, si bien en esencia el capitalismo actual conserva sus contradicciones originarias, su evolución económica, social, jurídica y política, lo pone muy lejos del inminente aniquilamiento previsto por Carlos Marx en el Siglo XIX.

Quizá el error más notable de Carlos Marx fue considerar la desaparición de las contradicciones sociales en alguna presunta etapa de la evolución social o en algún modo de producción distinto al capitalismo; pero ello no podría ser así, porque la fuente originaria de esas contradicciones es la división del trabajo, expresión social y económica de las capacidades naturales de los seres humanos.

De otra forma, son las capacidades propias de cada persona lo que la diferencia del resto de gente, esto sin negar que intrínsecamente la lucha de clases agrava la reproducción de los negativos efectos socioeconómicos del propio capitalismo; siendo esta situación el área de oportunidad para la izquierda.

Así, en la etapa de la globalización, la economía de mercado sigue robusta muy a pesar de los fieles creyentes del marxismo ortodoxo, ello en virtud de los ajustes experimentados por el capitalismo en el siglo XX con medidas como las leyes antimonopolio, el keynesianismo y otras corrientes de pensamiento que propugnaron por una mayor intervención del Estado en la economía.

En México, en la etapa post revolucionaria se abordó un esquema republicano y liberar, pero con fuerte énfasis en lo social, lo cual se plasma en la Constitución Federal y en diversas leyes que protegen desde garantías individuales hasta derechos sociales, pero que de ninguna manera pudiera interpretarse como de orientación marxista o de izquierda, tanto así que en las décadas de los 50 a los 70 surgieron movimientos sindicales y guerrillas, pasando los movimiento estudiantiles de 1968 y 1971.

Y es en el contexto anterior como surge y se multiplica la izquierda mexicana, impulsada anímicamente por el socialismo ruso; después por la revolución cubana, la llegada de Salvador Allende a la presidencia chilena (derrocado por el golpe de Estado encabezado por Augusto Pinochet); también influyen en los ánimos de la izquierda mexicana las corrientes de pensamiento maoísta y el trozkista.

Posteriormente, ameniza a la izquierda mexicana la animadversión hacia las distintas dictaduras centro y sudamericanas, así como la revolución nicaragüense, pasando por la falta de una democracia plena en el país dado el régimen del partido de Estado, con un sistema electoral carente de un sufragio efectivo.

Sin embargo, la izquierda mexicana sufrió un terrible shock emocional con el advenimiento de la perestroika y el glasnost en la URSS, el fin de la guerra fría, el fuerte impulso del Consenso de Washington en América Latina casi a la par de la caída del muro de Berlín, expresiones inequívocas del fracaso del modelo socialista; más adelante sobreviene la occidentalización de la economía China, ello a pesar de continuar siendo gobernada por el Partido Comunista Chino.

Ya sin modelo a seguir y con evidencias indelebles del triunfo del capitalismo moderno, bautizado como neoliberalismo – la izquierda mexicana extravía ideología, coherencia y rumbo. En la próxima entrega, se continuará con la descripción de en qué se convirtió actualmente la izquierda mexicana.

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