COYUNTURA

Herencias que matan

Por Eloísa Talavera Hernández*
martes, 14 de noviembre de 2017 · 00:00

Administrar a un municipio adecuadamente requiere de pasión y entrega, de una alto sentido de servicio a la comunidad y de conocimiento profundo sobre múltiples temas en el ámbito social, económico, político y cultural, es una tarea que debe emprenderse con una clara visión y con un proyecto perfectamente bien delineado y socializado con la población para lograr cambios y mejoras reales en la calidad de vida de los ciudadanos.

Lamentablemente, Ensenada ha sido víctima en las últimas dos administraciones municipales de gobiernos y gobernantes sin escrúpulos; tanto Enrique Pelayo Torres como Gilberto Hirata Chico hicieron de nuestra tierra, escarnio total en términos administrativos.

Nos endeudaron gravemente, paralizaron los grandes proyectos de infraestructura, incumplieron con las obras del ramo 33, engrosaron la nómina municipal, encarecieron los servicios públicos más básicos y enfilaron al municipio a un precipicio en términos de inseguridad que hoy pagamos todos los Ensenadenses.

Marco Novelo Osuna tuvo la oportunidad de revertir la tendencia, de apoyarse en la buena relación que tiene con el gobernador del Estado, de sumar con los diputados locales y federales y de hacer acuerdos de participación con la sociedad para reencauzar al municipio a un estado muy diferente al que se encuentra hoy en día.

Pareciera que el alcalde Novelo aprendió el caminito que le dejaron sus dos antecesores, es decir, aprendió a endeudar al municipio, a utilizar los recursos de diversos programas etiquetados para temas específicos en gasto corriente, a incrementar la nómina municipal con compromisos de campaña y a invalidar y no luchar por los grandes proyectos de infraestructura que requiere el municipio para generar cambios sustanciales en la dinámica de vida de Ensenada.

Y ahora, para colmo de todos los males, tendrá que regresar a la federación más de 250 millones de pesos que desvió su antecesor y correligionario de Partido, Gilberto Hirata Chico quien los desvió alevosamente durante su gestión, sin que a la fecha haya habido responsabilidad alguna, a pesar de tener múltiples demandas en su contra.

Administrar al municipio más grande de México debe de ser una tarea apartidista, en la que debe de confluir la visión de Estado, el liderazgo genuino que haga uso de toda suerte de apoyos, gestiones y coordinación con cualquier actor político, institución o instancia que pueda sumarle al proyecto de municipio al que todos debemos de apostarle.

En el ejercicio del poder, debe de prevalecer el interés supremo de la sociedad, no de los grupos, partidos políticos, intereses o compromisos particulares; en el ejercicio del poder, las familias a las que se representa, las familias a las que se gobierna, deben de ser el eje rector de toda decisión, no lo que sucede hoy en Ensenada.

Desde la Cámara de Diputados, aún estamos a tiempo de servirle a Ensenada coordinados con el alcalde Novelo, lo único que necesitamos es la voluntad política de trabajar coordinados, de participar en esfuerzos conjuntos que deriven en resultados concretos, la percepción pública sobre el quehacer debe de ser una prioridad secundaria, lograr objetivos debe de ser la meta.

De otra manera, la administración de Marco Novelo seguirá condenando a Ensenada al letargo, al retraso, al abandono y a la muy lamentable herencia que mata las aspiraciones de miles de familias que buscan una mejor calidad de vida.

* La autora es diputada federal

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