ECONOMÍA Y POLÍTICA

¡Sí a los estacionómetros! Versión 2017

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 27 de noviembre de 2017 · 00:00

Solamente quienes se benefician del desorden se oponen a cualquier acto de autoridad pretendiendo corregirlo, siendo su argumento falaz, la pobreza.

Arcángel Rojo

A finales de enero de 2009, cuando gobernaba Ensenada Pablo Alejo López Núñez, este espacio publicó un artículo intitulado ¡Sí a los estacionómetros! A la fecha, la zona centro de la ciudad sigue siendo complicada para ubicar un estacionamiento gracias a los espacios exclusivos y quienes dejan todo el día su automóvil estacionado, incluso los carros chocolates, los cuales nunca contribuyen con nada.

En aquel entonces se dijo: “la instalación de estacionómetros debe cumplir con tres objetivos centrales: Primero, la rotación de automóviles estacionados en la zona de interés; en segundo lugar, un mayor uso del transporte público, el cual debe mejorar mucho más su calidad, y; en tercer término, darle al Ayuntamiento recursos fiscales para mantener en buen estado las calles y banquetas de la zona referida.

Casi 9 años después, los objetivos anteriores son una asignatura pendiente en virtud de no haberse ordenado el espacio público consistente en las zonas de estacionamiento en el antiguo centro de Ensenada, desplazando a los consumidores hacia centros comerciales con amplios estacionamientos.

Para nadie es un secreto la gran cantidad de vehículos ilegales – carros chocolates (de contrabando) – o irregulares – con placas vencidas – usufructuando espacios públicos de la ciudad como son las vialidades y estacionamientos, en perjuicio de quienes conducen vehículos pagando sus contribuciones.

De colocarse los estacionómetros en las zonas comerciales de la ciudad, obligarían a los propietarios o tenedores de vehículos de contrabando o irregulares, a contribuir en parte por el uso de un espacio público, inhibiendo a quienes se posesionan todo el día de un estacionamiento sin pagar nada por ello.

Los críticos puristas del gobierno argumentarán sobre el cobro municipal realizado en el canje de placas por el uso de vías públicas; la cuestión es cómo en zonas de alta demanda por estacionamientos se regula ese espacio público para permitir a una mayor cantidad de gente el poderlo utilizar en la zona comercial con el fin de atender sus asuntos en corto tiempo. La solución a ello son los estacionómetros.

Bajo ninguna circunstancia es válido el argumento de la carencia de recursos y la visión maniquea de una intención estrictamente recaudatoria; quien conduzca un automóvil debe cumplir las obligaciones implícitas de ello y pagar un derecho por utilizar un estacionamiento en zonas comerciales; Ensenada no es la ciudad de antes, sino una urbe desordenada y si ordenarla cuesta, habrá de pagarse por ello.

Dos condiciones deben cumplirse para la viabilidad en la instalación de estacionómetros. Primero, la supresión de las zonas exclusivas (las pintadas de amarillo) para los particulares; la segunda es la adquisición de inmovilizadores vehiculares y de terminales móviles de cobro, para obligar a los propietarios de automóviles irregulares y, sobre todo, a los de contrabando a pagar la multa in situ.

De hecho, en el caso de los carros chocolates – sobre todo los de lujo, deportivos o de modelo reciente – de ser infraccionados por excederse en el tiempo pagado por estacionamiento, el gobierno municipal pudiera aplicarles el Anexo 11 del Convenio de Coordinación Administrativa para levantarles una Acta de Hechos y ponerlos a disposición de la autoridad aduanera para iniciarles el embargo precautorio.

Como se argumentó líneas arriba, Ensenada es una ciudad imbuida en el desorden y hasta el caos vial dado el relajamiento en la aplicación estricta de la normatividad, tanto de tránsito como aduanera, derivando ello en actitudes irreverentes de gente prepotente y cínica, sin respeto por ninguna autoridad.

Los estacionómetros son un buen inicio para regular el uso del espacio urbano, específicamente en la antigua zona comercial de Ensenada, no debiendo ser una decisión sujeta a escrutinio por implicar ingresos fiscales y a la necesidad de imponer – ¡sí imponer! – un orden al caos vehicular de la ciudad.

Y para crear mayor conciencia sobre el respeto de la ley.

rdanielspinto@hotmail.com

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