ECONOMÍA Y POLÍTICA

Una propuesta indecorosa

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 6 de noviembre de 2017 · 00:00

El progreso democrático real no es bajar a la élite al nivel de la masa, sino en elevar el nivel de la masa al de la élite

Gustavo Le Bon (Psicólogo francés)

De acuerdo con lo publicado ayer por Gerardo Sánchez en El Vigía, en el transcurso de 2017 han ingresado a las arcas municipales poco más de 11 millones de pesos por la recaudación del Impuesto al Fomento Económico (IFE), destinándose casi seguramente al gasto corriente del gobierno municipal.

Pero en estos tiempos difíciles, lo recaudado por concepto del IFE bien pudiera orientarse al propósito originario de dicha contribución, es decir, a fomentar la economía local con miras de provocar un efecto multiplicador generador de mayores contribuciones, formalizando actividades productivas.

Efectivamente, de lo recaudado hasta octubre se pueden proyectar ingresos anuales superiores a los 13 millones de pesos con los cuales – descontando un 10% para gastos de administración – bien pudieran otorgarse anualmente 240 créditos blandos de 50 mil pesos para financiar proyectos de base social.

Incluso, lo recaudado de IFE puede ser la base para buscar apoyos complementarios tanto por parte de la federación, como del gobierno estatal y quizá de organismos internacionales, logrando una bolsa superior para el fomento económico, permitiendo financiar no solamente más negocios familiares, sino también obras de infraestructura en apoyo al desarrollo económico en las delegaciones municipales.

Actualmente la administración municipal cuenta con una Dirección de Desarrollo Económico, pero carente de recursos financieros para impulsar una efectiva estrategia de fomento económico, fungiendo más como una oficina de gestión y relaciones gubernamentales con los distintos sectores productivos.

Sin embargo, en el Reglamento de la Administración Pública, a la Dirección de Desarrollo Económico municipal – a quien le vendría bien una reforma para reorientar algunas funciones de sus unidades administrativas – se le establecen atribuciones totalmente compatibles con lo aquí propuesto, tales como: “Promover la inversión local para la creación de nuevas fuentes de empleo y consolidar la ya existente; Promover el fortalecimiento y modernización de la infraestructura necesaria para el desarrollo económico; Promover entre quienes realizan de manera informal actividades económicas se establezcan formalmente y con apego a las normas y disposiciones legales”.

Ciertamente, la recaudación de ingresos propios para financiar el funcionamiento de la estructura administrativa del Gobierno Municipal es insuficiente, pero quitarle al gasto corriente los 13 millones del IFE no agrava su situación, como tampoco la resuelve entregárselos; en cambio, destinar el IFE a financiar micro negocios tendría un verdadero y positivo impacto en la economía de muchas familias.

Seguramente esta propuesta no será del agrado de la tesorera municipal, quien la considerará – dada la situación financiera del Gobierno Municipal – como indecorosa; no importa, porque lo verdaderamente importante para un gobierno realmente deseoso en promover el desarrollo económico, es invertir dinero en ello, sobre todo porque recauda un impuesto con el aparente propósito de fomentar la economía.

En síntesis, si el actual Gobierno Municipal promovió y logró modificar el Reglamento de la Administración Pública para crear la Dirección de Desarrollo Económico, recauda 13 millones de pesos anuales por concepto de fomento económico y contempla en su Plan Municipal de Desarrollo el fomento y la promoción empresarial, está obligado a concretar acciones efectivas. Así de sencillo.

rdanielspinto@hotmail.com
 

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