Muerte e impunidad

Ensenada se enlutó una vez más por la muerte de una mujer, que fue hallada ayer por la tarde debajo de un puente sobre el arroyo El Gallo, misma que no pudo ser identificada, pero que en las primeras investigaciones, al parecer, no tenía huellas de violencia.

Sin embargo, también ayer pero en el valle de San Quintín otro asesinato ocurrió en plena luz del día, fue frente a un domicilio y la víctima perdió la vida al recibir varios impactos de bala por parte de una persona, quien huyó del sitio. Nadie vio, nadie supo cómo era el agresor.

Con esta muerte violenta a tiros suman 86 en la zona sur del municipio, las autoridades continúan con las investigaciones de la gran mayoría de los asesinatos, los responsables siguen libres y con la posibilidad que vuelvan a atacar y arrebatar vidas.

En Ensenada se ve la misma constante, la gran mayoría de los 88 homicidios, casi en su mayoría a balazos, no han sido detenido los responsables, es más, ni han sido identificados y ahí hay un gran problema, al no saber quiénes son, las cifras pueden aumentar.

Es preocupante que las víctimas sean sólo una cifra, que las autoridades duerman tranquilas aún cuando en las calles reina la ley del más fuerte, que cualquier día podría tocarle a un inocente. Las autoridades están rebasadas aunque digan que no es así.

La Ley de Seguridad Interior que se promueve en el Congreso de la Unión, se hace no porque el Gobierno quiera ser un represor del pueblo y tener el control, la visión es para sustituir la descoordinación de las policías y el temor de enfrentar al crimen organizado.

No es que el Ejército tenga “pase directo” para ingresar a cualquier domicilio sin una orden de cateo para meter miedo a la población, como muchos activistas andan difundiendo en redes sociales, es para combatir la corrupción y la infiltración y control del narco en las corporaciones policiacas del país.

Tampoco es para “militarizar” las calles y que el Ejército tenga el control de las mismas para hacer “toques de queda” como en los países con Gobiernos dictatoriales, es para dar seguridad a la población y que el narcotráfico deje de controlar las calles.

Hay muchas voces que no quieren que eso suceda, pero podría ser porque hay muchos intereses de por medio.