ECONOMÍA Y POLÍTICA

Poder económico y candidaturas

Por Rolando Daniels Pinto
lunes, 11 de diciembre de 2017 · 00:00

 Ningún problema económico tiene una solución puramente económica.

John Stuart Mill (Economista ingles)


Quizá no guste lo próximo a exponerse en este espacio, pero es una visión tratando de explicar el por qué a Ensenada se le ha convertido en moneda de cambio cuando los partidos políticos de mayor presencia en Ensenada (PAN, PRI y Morena), establecen alianzas políticas de cara a una elección.

Como ya es conocido, en la alianza Morena / PT, muy a pesar de los morenistas, la versión más fuerte señala como candidato de esa alianza al 03 distrito electoral federal, al dirigente estatal del PT, Armando Reyes Ledesma; además, en redes sociales circula la versión una candidatura de la alianza PAN/PRD/MC, postulando como candidato en dicho distrito a una persona propuesta por el PRD.

Al PRI en otras ocasiones le ha sucedido lo mismo; en sus alianzas a postulado a personas militantes del PVEM, PANAL y el PT, incluso en una proporción mayor a la de militantes del partido tricolor y la consecuencia, sobre todo y específicamente el PT, ha sido la misma: la traición inmediata a esa alianza.

¿Por qué sucede eso? En principio, la razón es porque ninguna de las candidaturas a diputados (federales o locales), senadores o munícipes de Ensenada, al menos en el caso de los partidos políticos de mayor membresía, se deciden localmente y menos por los militantes de esos partidos políticos.

Cuando se realizan alianzas, casi todo lo relacionado con ellas se decide en la capital del país, incluso en el caso de elecciones estatales; así, el reparto de las candidaturas y las personas quienes las encabezarán se concertan por las cúpulas partidistas muy alejado del pensamiento de la base militante.

De esta forma, si un ensenadense desea ser candidato tiene la necesidad (obligación) de procurar, en el mejor de los casos, apoyos de personajes con peso político en Tijuana o Mexicali; si no es así, el presunto aspirante debe encontrar apoyos en el interior del país, ya sea en la cúpula partidista o con un funcionario de designación o de elección con gran peso; alguien a quien el gran decididor sí escuche.

¿Cuál es la causa de todo ello? La respuesta no es nada compleja: En Ensenada no existe un grupo empresarial o económico de gran peso, capaz de contar con una influencia definitoria del destino de la plaza; es decir y guste o no, el destino económico y político de Ensenada no recae en los ensenadenses.

Si no lo cree así el estimado lector, haga un recuento de quiénes gobiernan Ensenada (ediles y legisladores) y pregúntese cómo se decidieron sus candidaturas. Por otra parte, haga un recuento de las inversiones más importantes realizadas en Ensenada y pregúntese el origen del capital de las mismas.

La realidad enseña cómo los grupos de poder y de presión son influyentes en las decisiones políticas trascendentes para su comunidad y de ello existe mucha literatura explicándolo; pero hay niveles y todo indica la insuficiente influencia de los grupos ensenadenses para decidir localmente candidaturas.

Todo lo anterior, explica el por qué la plaza de Ensenada es moneda de cambio en las negociaciones para establecer alianzas políticas, porque quienes las deciden – entre ellos algunos políticos influyentes de Tijuana y Mexicali – sin pena alguna cuidan sus espacios y ceden a sus aliados, los de Ensenada.

Entonces, lamentarse no es la solución para asumir el propio derrotero político y económico, sino construir alianzas locales de cara a realizar inversiones significativas para posicionar al capital local como pilar de la economía y, sobre todo, como un freno a las decisiones foráneas respecto a quienes, cómo y cuándo deben gobernar, privilegiando con ello el bienestar de la mayoría de los ensenadenses.

Sólo así, será posible mejorar, en muchos casos, el nivel político, intelectual y ético de los candidatos surgidos en esas alianzas, las cuales en no pocas ocasiones obligan a los ensenadenses a soportar verdaderos lúmpenes sin escrúpulos ni ética y auténticos sinvergüenzas. Y de eso ya existe hartazgo.

rdanielspinto@hotmail.com
 

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