LA OTRA HISTORIA

Historia de un naufragio

Por Lucía Garayzar*
miércoles, 20 de diciembre de 2017 · 00:00

Según el diccionario, se denomina naufragio o hundimiento al proceso por el que una embarcación se hunde mientras navega por el mar, un río, lago, laguna o cualquier otro cuerpo de agua. Aunque también el término “naufragio” es utilizado para designar los restos de un barco hundido total o parcialmente en el fondo del océano.

El peor accidente en la historia reciente de Corea del Sur, fue el naufragio del barco Sewol, hace un poco más de tres años, mientras navegaba hacia la isla turística de Jeju con 476 pasajeros a bordo. Al principio se anunció que casi todos los pasajeros habían sido rescatados con vida, pero lo que parecía una exitosa operación de salvamento se tornó luego en una tragedia nacional, según lo declaró el periodista Pablo M. Diez, el 22 de abril de 2015, a un año de la tragedia.

Aunque el ferry tardó un par de horas en hundirse, murieron 304 pasajeros. De ellos, 250 eran estudiantes que iban en viaje de estudios a esa popular isla ubicada al sur de la Península Coreana. La mayoría de las víctimas se quedó atrapada en sus camarotes porque el capitán, Lee Jun-seok, les ordenó por medio de un alta voz, que no se movieran y esperaran la llegada de las lanchas de salvamento, pero él y 14 miembros de la tripulación fueron de los primeros en abandonar la nave, condenando a los pasajeros a una muerte segura. A la dimensión de la tragedia se sumaron la lenta actuación de los equipos de rescate, la deficiente actuación del gobierno y el descubrimiento de numerosas irregularidades y corruptelas que terminaron en desgracia.

La ley en el mar dice que “Las mujeres y los niños tienen preferencia”, siempre deben ser los primeros en abandonar la embarcación y ser rescatados. Un estudio realizado en 18 naufragios por investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia), demostró todo lo contrario. En esos casos, según la investigación, manda la ley de “sálvense quien pueda” y generalmente, los hombres se salvan a sí mismos. Nada de honor ni espíritu de sacrificio cuando se está frente a la voracidad de las olas. Un claro ejemplo es el acto de cobardía del capitán Lee Jun-Seok y su tripulación.

Amable lector: cuando escucho la palabra naufragio, vienen a mi mente imágenes desgarradoras de algunas películas famosas relacionadas con hundimientos de barcos, pero cuando la palabra naufragio es pronunciada por servidores públicos, al describir que las finanzas de la administración pública municipal son comparadas con un barco que se hunde, eso sí me asusta y mucho, porque no se trata de una película, sino de una historia de la vida real que a todos nos afecta.

Según el protocolo: “La primera responsabilidad del capitán es la seguridad de su tripulación y sus pasajeros”. Creo que aún hay ajustes que pueden hacerse, pero tendrá que ser el propio capitán quien cargue con el mayor sacrificio, sin perder de vista que numerosos componentes se combinan para frustrar los mejores planes.

Dicen los expertos que existen diez razones principales que contribuyen con la desaparición de una embarcación marina. Sin embargo, rara vez un naufragio es el resultado de una sola causa; a menudo una composición de factores determinan el final de la historia de un barco. Cuidado cuando se advierte un diseño deficiente, inestabilidad, errores de navegación, clima, guerra, efectos del paso del tiempo, manejo inapropiado, fuego y explosión, falla del equipo y naufragio intencional. ¿Cuáles son las razones del naufragio anunciado?

519 mil 813 pasajeros tienen puesta la mirada, y muchos de ellos aún mantienen sus esperanzas en el capitán de esta gran embarcación.

“La voluntad del capitán de un buque se halla profundamente arraigada a la madera de la que está hecho; haya comandado un día o una década” (Stephen Crane).

* La autora es profesora

lucygarayzar@hotmail.com
 

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