Tiempo de reflexión, tiempo de la participación

Para el alma desapercibida, la Navidad simplemente es momento de escape festivo; para la reflexiva, la Navidad confronta y es una oportunidad de evaluar, reorganizar, reencauzar y/o retomar temas, visiones, metas y objetivos.

Se va cerrando el ciclo 2017, un año de grandes retos y desafíos que invitan a la reflexión para enfrentar el 2018 de una manera más asertiva, más proactiva y que tenga resultados más contundentes para el bien común.

Desde mi punto de vista, como ciudadana, pero también como legisladora federal y como panista, una de las herramientas para la verdadera democratización del país, descansa en la participación ciudadana para la consecución de resultados en todo tipo de temas.

En México, además del voto como mecanismo de participación ciudadana por excelencia, existen otras acciones que permiten a los ciudadanos incidir de manera más directa en procesos ejecutivos o legislativos.

Estos mecanismos de participación ciudadana constituyen el derecho de poder involucrarse en asuntos de interés público con las reglas establecidas para su ejercicio en la legislación.

Hay temas trascendentales como el plebiscito y el referéndum que trazados y estructurados adecuadamente, sin lugar a dudas empoderarán a la ciudadanía para generar mejores condiciones de gobernanza.

En este contexto, es necesario decir que hay temas pendientes, y nos encontramos lagunas normativas como que 28 constituciones locales reconocen el derecho de solicitar referéndums y/o plebiscitos, sin embargo, tres de estos estados no tienen ley secundaria que los regule.

Además, la legislación local de nueves estados no regula estos procesos para los municipios y en cuatro de 25 leyes de participación ciudadana no se establecen mecanismos para poder impugnar actos; no terminamos de cerrar la pinza para facultar a la ciudadanía para entrar a un proceso de participación que sea efectivo, transparente y de resultados.

Al final del día, en la reflexión del ciclo 2017, creo que es importante destacar que no hemos tenido la capacidad de generar un esquema de participación ciudadana que en verdad sea eficaz, medible, transparente que esté sustentado en la rendición de cuentas y por ende en resultados concretos para la sociedad.

Y lo más preocupante es que esta tendencia no cambiará en tanto la sociedad organizada no lo exija; creo que la sociedad ensenadense, vamos, la sociedad mexicana ha sido suficientemente consecuente y esa dinámica debe de cambiar por el bien de las futuras generaciones; en realidad es ya momento de la determinación y del carácter, es momento de impulsar los verdaderos intereses generales de la sociedad.

Nuestra realidad local, regional y nacional así lo exige; si como sociedad continuamos por la misma senda, únicamente cosecharemos más de lo mismo, más inseguridad, menos competitividad, menos salud, menos economía, menos resultados, es decir, un México condenado a la voluntad de unos cuantos, por encima de la misma voluntad nacional.

* La autora es diputada federal