ATERRIZAJES

Los depredadores sexuales

Por Dr. Adán W. Echeverría-García
martes, 5 de diciembre de 2017 · 00:00

México ocupa el primer lugar en abuso sexual, violencia física y homicidios en menores de 14 años. Ahí están las cifras, no pidas la fuente, puedes creerme o no. O puedes ser un poco sensible, tener un poco de empatía y hacer tus propias investigaciones. El dato es real, pero me parece interesante permitirte buscarlo en las investigaciones serias como dentro de los periódicos o algunos blogs. Lo cierto no será el número o el lugar que ocupe México respecto a ningún otro país. Los habrá quienes digan “En Europa eso no ocurriría, ahí todas las cosas son mejores que en el tercermundista México”. ¡Qué tiernos!

Lo cierto es que no deberían existir esas estadísticas, porque simplemente deberíamos aprender a respetar al otro. Deberíamos aprender a respetar la sexualidad del otro. Deberíamos aprender a no ir a donde no se nos invita. Y esto significa que si una persona te dice no, es no, en todo tipo de negación, mucho más sobre su cuerpo. Y ni hablar de los menores de edad. Es verdaderamente incomprensible el hecho de que se hable de abuso sexual a menores. Es antinatural. Es una situación de maldad, de ser alguien que busca abusar del débil. Sólo los cobardes abusan de los menores. Sólo los cobardes tienen relaciones con sus hijos, con sus hijas; sólo los y las cobardes pueden sentir placer de tocar con una intención sexual a una persona que para nada puede ser ni representar algún tipo de erotismo. Un bebé, un niño, una niña, no pueden ser objetos del deseo, y sólo las personas incapaces en su sexualidad, incapaces de sostener, crear y formar una relación sexual con alguien que esté dispuesto a tenerla es capaz de hacerlo.

No hay ni puede haber ningún tipo de perdón, conciliación, acuerdo con un depredador sexual. Un depredador sexual es aquel que busca o se fabrica la oportunidad para atacar y tomar sexualmente a una persona sin su consentimiento; o si se trata de un menor, aún con su consentimiento, toda vez que para un menor el acto sexual no es uno de sus caracteres que lo definan, y por lo tanto la sexualidad en un menor de edad no puede ser consensuada.

Ahí queda el caso del Dr Mario Rebolledo Vieyra, titular de una unidad del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán, integrante del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), que ha sido encarcelado por abusar sexualmente de su hija de cuatro años. Apenas ha sido condenado a pasar 2 años en la cárcel. Dos años de cárcel por haber abusado sexualmente de su hija. Así es como se castiga a los depredadores sexuales en muchas partes del país.

Dentro del Foro Ciudadano para Exigir Cadena Perpetua a violadores sexuales en México, estamos en contra de este tipo de condenas tan laxas y que no brindan justicia a la víctima. Nos parece una burla que jueces y magistrados, diputados y senadores, pretendan que violar sexualmente a un menor, a una mujer, a un homosexual, es cosa de que el violador, el perpetrador, el depredador sexual, se arrepienta. Es una vergüenza que no se apliquen condenas terminales: Cadena perpetua, obligarlos a que trabajen en prisión, y que el 40% del recurso económico que obtengan durante el resto de su vida en prisión sirva para apoyar a las víctimas de sus actos, como para apoyar a organizaciones civiles a luchar para poder sacar de las calles a los violadores sexuales.

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