POR SI LAS MOSCAS

México “avanza”

Por Laura Monzón
viernes, 8 de diciembre de 2017 · 00:00

Dicen los del Gobierno federal que 2017 ha sido un buen año para la creación de empleos formales, con la fabulosa cantidad de 297 mil 971, en el caso de los empleos permanentes y 841 mil 396 con respecto a los empleos eventuales. Pero no dicen de qué calidad son esos empleos, en cuestiones salariales y laborales.

En un país donde la población asciende a 123.67 millones de habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y donde la tasa de población económicamente activa es de 54.36 millones, parece que no hace mucha diferencia.

Además, los del Gobierno en turno presumen que la pobreza en México descendió la súper cantidad de 1.9 millones, es decir, que tenemos 3.47 por ciento menos de pobres. Sin embargo, la mitad de la población en México sigue inmersa en la pobreza, le busquen por donde le busquen.

Sin embargo, México avanza. Lo que no sabemos es, ¿hacia dónde?

Dice el economista indio Amartya Kumar Sen (ganador del premio Nobel en Economía en 1998), que el bienestar de un país no debe medirse por su grado de industrialización ni por el ingreso per cápita promedio de su población, sino a través de otros factores que son mucho más importantes y que están más relacionados con la libertad y la ética que con el aumento del Producto Interno Bruto (PIB).

Para Amartya Sen, el desarrollo humano y el crecimiento económico de un país, son cosas muy diferentes.

Mientras que el crecimiento económico se ha visto en términos de expansión del ingreso nacional, el desarrollo humano no se preocupa tanto por los productos y bienes que el país produzca y consuma, sino por la calidad de vida que tenga la población, es decir, qué tan capaz es de hacer y alcanzar.

El verdadero desarrollo se preocupa por el valor agregado de una nación, y cómo éste se refleja en la vida de los individuos, pero no en la visión gubernamental de buscar simples ventajas económicas a costa de la vida y los intereses del pueblo en general.

Amartya Sen explica que a la hora de hacer el balance entre el sector público y privado, las necesidades de la gente deben estar en primer plano, porque las personas son las mediadoras entre las dos partes.

Por tal razón, dice que el debate público es uno de los factores más importantes para el desarrollo de una nación, porque éste es una fuerza de cambio social, ya que origina que la gente entienda los problemas del país.

A través del debate se escucha a los otros, se comprenden las prioridades y se toman las decisiones para poder alcanzarlas. La libertad de prensa y la circulación de la información (fidedigna) son fundamentales, para que la gente sepa qué está pasando y el Gobierno entienda qué es lo que el pueblo necesita.

En este sentido, Amartya Sen pregunta: ¿es más importante tener un criterio mecánico del crecimiento del PIB o es una prioridad la calidad de vida humana y la reducción de la pobreza en todas sus dimensiones?

Un país es pobre no sólo porque su población carezca de ingresos económicos, también porque es discriminada, no tiene una buena educación ni acceso a la cultura y a la información; no tiene un buen trabajo, seguridad social, servicios públicos eficientes, salud, agua potable, buena alimentación, una casa digna y un entorno sano.

Si analizamos la calidad de vida que tiene la mayoría de los mexicanos y la comparamos con los criterios del Nobel de Economía, México sigue siendo un país bastante pobre.

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