DESDE EL VIGÍA

Desatados los robos

Por Editorial El Vigía
lunes, 11 de septiembre de 2017 · 00:00
Aunque la autoridades municipales aseguren, afirmen y evoquen que Ensenada es una ciudad segura, la realidad es otra y los asaltos están a la orden del día, tanto los “normalitos” como lo violentos, en la que utilizan métodos para provocar miedo a la víctima y suelten sus pertenencias sin oponer resistencia, tales como golpes, insultos y armas.

Ayer de nueva cuenta ocurrió un asalto en la que una persona resultó muerta a balazos, esto ocurrió en una de las zonas más desprotegidas por las autoridades policiacas, el fraccionamiento El Roble, donde prevalece el desorden público.

Además del robo a casa habitación, el locales comerciales y el violento, es pan de cada día en la ciudad, las redes sociales siempre informan de asaltos en varios puntos de la ciudad, no se diga de los homicidios violentos, pero esa es otra historia.

Autoridades estatales aseguran que los rondines de elementos de la Gendarmería Nacional son efectivos y han reducido el crimen en la entidad, la realidad que en el municipio de Ensenada, alrededor de 35 policías fueron enviados a patrullar al valle de San Quintín.

Aún con la presencia de los gendarmes de la Policía Federal, han sido asesinados alrededor de 5 personas en lo que va de septiembre en la zona del valle, al sur de Ensenada, es decir, los criminales no se dejan impresionar y van a lo suyo.

Antes que manden elementos de seguridad a la entidad y al municipio, se debería de planear una estrategia de seguridad, reforzar la vigilancia en zonas con mayor índice delincuencial, llevar pláticas de prevención del delito y sobre todo, ofrecer oportunidades a los jóvenes de trabajo y estudios.

Las personas que se sienten excluidos de la sociedad, debido a que no tienen oportunidad de trabajar, por falta de estudios, son los principales personajes que deciden robar, entonces, es ahí donde se tiene qué trabajar.

El que roba por primera vez y lo hace como necesidad ve que es muy fácil quitarle algo a alguien, por lo que luego se hace hábito y después el robo simple escala a violento y ahí saltan a otros delitos, como el homicidio, secuestro y narcotráfico.

Es tiempo de trabajar con la niñez y juventud, para combatir la delincuencia con oportunidades.

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