DESDE LA NOTARÍA

Septiembre, mes del testamento

Por Diego Monsiváis Franco*
miércoles, 13 de septiembre de 2017 · 00:00

Ya pasaron diez años desde que el Gobierno Federal decidió apoyar el otorgamiento de testamentos, mediante una campaña nacional, y celebrando convenios con los Estados, los Colegios de Notarios de cada Entidad y, posteriormente, con Colegio Nacional del Notariado Mexicano, A.C. (antes Asociación Nacional del Notariado Mexicano, A.C.), para subsidiar precios y facilitar el trámite.

En ese entonces existían varios tipos de testamentos, pero los más aceptados eran los ológrafos y los que se celebraban ante Notarios (Testamento Público Abierto), el segundo más caro que el primero, por lo que la mayoría optaba por el más barato, es decir, el ológrafo.

Sin embargo, el testamento ológrafo tenía el inconveniente de que, al morir el testador, sus dolientes debían ir ante un Juez, quien tenía que abrir el testamento y declararlos herederos y, por ser judicial, tardaba seis meses o más, era más costoso por los honorarios del abogado, y luego era necesario acudir al Notario para obtener las escrituras.

Con el Testamento Público Abierto los herederos sólo acuden con un Notario, son declarados herederos y reciben sus escrituras, en cuestión de días y a menor costo.

Durante “el mes del testamento”, los Notarios, en razón de los convenios de colaboración ya mencionados, acordaron disminuir sus honorarios considerablemente, por lo que resultaba más competitivo ocurrir a las Notarías.

Todas estas medidas tuvieron éxito, pues muchísima gente ha hecho su testamento durante septiembre.

El testamento ológrafo ya es historia, pues fue derogado hace más de dos años, así que ahora la población no tiene más opción que el Testamento ante Notario. Y las razones eran más que justificadas, pues un testamento ológrafo debía hacerse de puño y letra del testador, en dos ejemplares, llevarse al Registro Público de la Propiedad y, ante dos testigos, declarar que en los dos sobres se contenían el testamento y su diverso ejemplar, lo que provocaba muchos errores que, gracias a benignos jueces, no eran declarados testamentos nulos.

Además, el actual costo del testamento en septiembre, justifica aún menos la inexistencia del testamento ológrafo, ya que en este periodo los Notarios sólo podemos cobrar $700.00 más IVA, y el Gobierno del Estado omite cobrar el derecho por su registro, lo que lo vuelve ya costeable, y si el testador cuenta con credencial del INAMPAM, su costo es por mitad.

Pero, además de costeable, es muchísimo más seguro, pues no corre a cargo del testador escribir ni elaborar su testamento: él simplemente ocurre ante un Notario y le expresa cómo quiere hacer su testamento; el Notario le explica si lo que desea es lícito y le da otras opciones legales para ello, con lo que se evitan errores materiales y legales, además de que, como ya lo señalé, la apertura de este testamento, después de la muerte del testador, lo puede hacer el propio Notario que lo elaboró en favor del heredero, a un costo bajísimo -pues no genera impuestos tampoco- y en un plazo máximo de un mes o mes y medio.

Como siempre, el espacio no alcanza, por lo que dejo por hoy esta explicación, y será la próxima semana en que, como siempre, estaré llevando la Notaría a sus hogares, con otros temas de interés general, entre ellos, la explicación de los poderes para actos de dominio, que hemos suspendido por ahora, por el mes del testamento.

* Titular de la Notaría Pública Número Cinco en Ensenada

diegomonsivais@notaria5ensenada.com

 

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