Políticos o mentirosos

“En política es fundamental aprender a decirlo todo sin decir nada, porque en la política mentir con éxito es una carrera a tiempo completo”.

Para los griegos el concepto de política era bastante claro, el mismo Aristóteles la definía como “el arte del bien común”. Algunos consideran la política como la habilidad de gobernar a través de reglas y leyes que garanticen la seguridad pública, conservando el orden y las buenas costumbres, pero la gran mayoría comparte la opinión de Carlos Fuentes cuando dice que “política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos”.

Con el paso del tiempo, la política ha enfrentado fuertes crisis que impactan de manera importante a los pueblos, casi siempre estas crisis se superan, aunque esto no signifique que no se puedan volver a presentar.

Desde hace décadas vivimos sumergidos en una crisis política que no cesa, en donde la relación entre gobierno y gobernados se ha perdido por la ausencia de liderazgos y las malas prácticas. Esto ha originado que la ciudadanía pierda la confianza en todo lo que tenga que ver con política.

Amable lector: para que un sistema democrático funcione, se necesita confianza, pues cuando esta se pierde, se pierde todo lo demás y perder significa derrota, ruina, esclavitud, fracaso, desilusión, frustración y chasco.

Cómo confiar cuando somos testigos de un sin fin de trinquetes orquestados por el mismo gobierno, llámese federal, estatal o municipal.

Cómo confiar cuando de manera permanente escuchamos los reclamos de maestros, burócratas, policías, viudas, bomberos, médicos, estudiantes, indígenas, mujeres, músicos, comerciantes, etc., etc. etc.

Cómo confiar, cuando quienes pretenden gobernar, se escandalizan, enojan y hacen berrinche cuando la ciudadanía los cuestiona, ¿en dónde quedó el arte de tragar sapos sin hacer gestos?

Cómo y en quién confiar cuando te das cuenta que, cualquiera por antojo o por ocurrencia quiere ser presidente municipal, gobernador, diputado y hasta presidente de la república, ¿cómo se atreven?

Cuánta razón tenía Maquiavelo al afirmar que, “la política es el arte de engañar”; si pudiéramos tocar esta frase, quedaríamos pasmados al descubrir nuestra ceguera.

* La autora es profesora