PROYECTOVINO

“La hielera de mi papá”

Por Araceli Velázquez Córdoba
jueves, 22 de febrero de 2018 · 00:00

Nunca les he platicado cómo es que una diseñadora publicitaria sin ningún tipo de experiencias en ninguna bebida alcohólica se enamora de la industria vinícola.

Fue hace 5 años. Amigos míos tomaban un curso de sommeliers. Cada sábado salían de su clase platicando las anécdotas de ese día, lo que había dicho el maestro, el maridaje del día y obviamente de los vinos que habían degustado. Yo escuchaba con atención pero con muchísimas dudas, casi no entendía nada.

El curso duró aproximadamente un año y se iba tratando del vino por regiones del mundo. El maestro dejó para el último lo mejor, la zona de Champagne para obviamente cerrar con broche de oro el curso, degustando esta maravillosa bebida burbujeante de la región de Francia.

Lo único que yo conocía del tema era el recuerdo de mi papá poniendo a enfriar una botella de Dom Perignon en una hielera de metal de piernas largas que quedaba a la orilla de la mesa y la cual preparaba con hielo, agua y sal; previo a la llegada de sus invitados. No olvido esto porque me parecía una cosa preciosa el que esta bebida tuviera su propio modo de presentación. Además de que al abrirla y servirla era completamente distinto a todo lo demás.

Cuando mis amigos empezaron a hablar de su último día de clases mencionando que no todos los vinos espumosos son Champagne, y la forma correcta en que se debe de abrir la botella (no dejando salir volando el corcho y junto con él gran parte de su contenido), dijeron que el maestro la había sacado de la “cubeta” -¿Cubeta, no hielera?- interrumpí. No podía creer que durante todo el año que habían esperado para estudiar la región francesa y en específico la zona de Champagne, creando toda una expectativa para llegar a disfrutar las burbujas. El profesor no hubiera atinado en conseguir una hielera apropiada para enfriar las botellas que iba servir, simplemente no lo podía creer. Me quejé, y de mi queja y de mis muchísimas dudas fue que surgió la idea de buscar cómo es que se podía conocer de vino de forma correcta y por qué no, linda. Así nace ProyectoVino, como una iniciativa para crear cultura del vino en México a través de experiencias y viajes enogastronómicos por las principales zonas vinícolas de nuestro país.

Siempre digo que no tenemos por qué: Saber de vino; Saber que la Merlot, la Grenache, y la Malbec, son uvas; Conocer la temperatura adecuada para servir una botella, ni las casas vinícolas ni las regiones y mucho menos los sabores y aromas que caracterizan a cada una. Cuando uno está estudiando en la escuela, tomando apuntes, por ejemplo de por qué y para qué se hizo la Torre Eiffel y quién la construyó, te aprendes los datos tras estudiarlos para el examen, pero cuando viajas a Paris y estás parado en frente de esa majestuosa obra, los datos se te quedan en la mente para siempre.

¿Por qué? Porque lo estás viviendo, porque estás ahí y la información y la historia está siendo parte de tu sentir y de tu apreciación. Así me pasa a mí.

No sé muchas cosas de vino, pero lo poco que sé, es porque lo vivo y porque uno de mis hobbies es escuchar las historias detrás de cada botella de vino existente, narradas por sus creadores. Me parece una forma maravillosa de aprender.

Cada que visites una zona vinícola abre tus ojos, oídos y mente para que la historia se vincule contigo de alguna forma. Porque al conocer todo lo que existe en esta industria, se despierta aún más el interés y crece el deseo de descorchar y compartir más.

aracelivelazquez@proyectovino.com.mx
www.proyectovino.com.mx
Twitter: @proyectovino

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