DE NIÑOS Y OTROS ENREDOS

Nacimiento humanizado

Por Dr. Enrique Sicardi Aragón*
jueves, 22 de febrero de 2018 · 00:00

Hasta antes del siglo XX las mujeres parían en sus casas y eran atendidas por parteras o comadronas, paulatinamente los nacimientos fueron llevados a los hospitales y la gestante fue tratada como un enfermo que requería asistencia médica, iniciando la medicalización de un proceso natural. Se fueron agregando otras tantas acciones innecesarias como: enema evacuante, soluciones IV, rasurado púbico, sonda vesical y muchos otros procedimientos que no tiene caso enumerar, lo que llevó a desposeer a la mujer del control sobre su propio cuerpo (Modelo Médico Hegemónico patologizante).

En la década de los 80, la Organización Mundial de la Salud (OMS) instó a revisar el modelo biomédico de atención a la gestación, el parto y el nacimiento porque su medicalización no respetaba el derecho de las mujeres a recibir una atención adecuada y sin tomar en cuenta sus necesidades y expectativas. Insta al sistema de salud para uso razonado de la tecnología y promueve un movimiento bautizado como Nacimiento Humanizado, tomando como base los trabajos del Dr. Roberto Caldeyro-Barcia, en especial su trabajo intitulado: Bases fisiológicas y psicológicas para el manejo humanizado del parto normal, publicado en 1979.

El Departamento de Salud del Reino Unido en 1993 publica un artículo oficial llamado Changing Childbirth (Cambiando el Parto) y en Brasil en el año 2000 durante la Conferencia Internacional sobre la Humanización del Parto se universaliza el concepto.

En México desde 1993 la Norma Oficial para la atención de las mujeres durante el embarazo, parto y puerperio emitida por la Secretaría de Salud señalan que el ejercicio indiscriminado de una serie de procedimientos rutinarios orientados a la aceleración podía resultar perjudicial para las mujeres (NOM-007-SSA2-1993). Sin embargo no fue sino hasta 2012 que el concepto de “parto humanizado” se incorporó explícitamente al modelo de atención promovido por la Dirección de Medicina Tradicional y Desarrollo intercultural, en respuesta a la inquietud de las mujeres de sectores urbanos.

El concepto por el cual pocos han luchado, que ahora muchos han tomado como estandarte y lo han convertido en un producto de mercado en el ámbito de la medicina privada ya que existe cierto perfil de mujeres de clase media que elige y paga esta clase de servicio. Ello ha llevado a que, dado que no hay regulación alguna al respecto, cualquier médico pueda autodefinir su atención como “humanizada” con el objetivo de ampliar su mercado.

El trabajo es fomentar un plan de parto por parte de la mujer y respeto a sus preferencias y elecciones en cuanto al lugar de nacimiento y los acompañantes que la asistan en el proceso; permitirle ingerir líquidos o alimento que su condición le permita; intimidad durante el proceso; brindarle información y explicación; métodos no invasivos ni farmacológicos para alivio del dolor; vigilancia razonada del bienestar de ella y su bebé, no continua y manipulable; libertad de posición y movimiento; fomentar el contacto inmediato piel a piel entre ella y su bebé con inicio oportuno de la lactancia materna. Y muy en especial, erradicar las prácticas rutinarias que han demostrado resultar perjudiciales para la atención del parto: enema, rasurado púbico, administración de oxitócicos, dirección del pujo, masajes y revisión manual del útero después del alumbramiento.

La sensatez del concepto Nacimiento Humanizado, en la inmensa mayoría de los casos, está justificado en redignificar el cuerpo de la mujer, reasignarle sus derechos y procurar, en medida de lo posible, un entorno íntimo y no como los sistemas de salud lo han modificado en un proceso que requiera dirección, conducción e intervención. Es un proceso natural, fisiológico por lo tanto no debemos tratarlo como algo patológico (patologización). El nacimiento, en niños sanos, debe dejar de ser interpretado como un peligro para el bebé, es una transición necesaria para su adaptación a la vida extrauterina.

La salud no es un producto a consumir o un don a mendigar sino un derecho a ejercer.

Add: Para los aun escépticos recomiendo: WHO recommendations Intrapartum care for a positive childbirth experience, 2018.

* Médico Pediatra. Represente APROLAM en Baja California

sicardi53@gmail.com

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