COYUNTURA

Sin demagogia, México avanzará

Por Eloísa Talavera Hernández*
martes, 24 de abril de 2018 · 00:00

El domingo pasado, millones de mexicanos fuimos testigos de la diferencia entre Ricardo Anaya al proponer, fundamentar, sustentar y tener clara una ruta de crecimiento y desarrollo para las familias mexicanas, y la demagogia, el arte de hablar sin decir absolutamente nada y la capacidad de evadir cuestionamientos que a todos nos interesan del Peje.

La coyuntura política, económica y social de nuestro país, no aguanta más un gobierno de retrocesos, de simulación y mentiras que es lo que ofrece el candidato de Morena; México requiere de una visión de largo plazo, que identifique claramente las necesidades de todos los sectores del país para desarrollar un programa de nación real, con sustento, que sea medible, transparente y que finalmente de resultados.

Y es que las contradicciones y la incongruencia de Andrés Manuel fueron exhibidas, en una de las intervenciones de Ricardo Anaya lo encaró y literalmente le preguntó “En tu libro, acusaste de corrupto a Alfonso Romo por beneficiarse del Fobaproa y hoy, lo propones como tu jefe de gabinete ¿Por qué no explicas estas contradicciones?” y la respuesta fue nula.

Lo mismo sucedió cuando lo encararon no nada más Ricardo Anaya, sino otros candidatos con el tema de la amnistía que le propuso al crimen organizado, misma que está documentada en el portal www.debate2018.mx y tampoco pudo o quiso responder y eso es muy peligroso, porque la puerta queda abierta para que las verdaderas mafias de México estén listas para ir a negociar con López Obrador, eso sí debe de espantar a toda madre y padre de familia.

Lamentable además, que en el cuestionario del debate se le hayan pedido propuestas concretas para abatir los índices de violencia, el Peje únicamente haya respondido que iría por un gran pacto nacional para acabar con ese flagelo; no se vale tratar de verle la cara la millones de mexicanos que esperan estrategias concretas para abatir un cáncer que lastima a la sociedad en su conjunto.

López Obrador es un experto en la demagogia y en construir discursos populistas, desde que fue Presidente del PRI en Tabasco en 1982, su gran talento ha sido formular discursos muchas veces subversivos, tocando las fibras más sensibles de la sociedad, colmadas de color que le han valido su permanencia en la escena pública, sin embargo, sus hechos son claros, como jefe de gobierno en el entonces Distrito Federal, la inversión disminuyó un 40% y los índices de violencia incrementaron.

Aun consciente de ello, en el debate se atrevió a declarar una verdad en la que todos podemos coincidir, si la economía del país no avanza, será difícil abatir los índices de violencia.

El tema es que no dice ni como, ni cuándo y su record al frente del Distrito Federal habla por sí sólo de su incapacidad de gobernar, entonces, el mismo, sin darse cuenta, se pone la soga al cuello, únicamente hace falta desmenuzar sus dichos con sus hechos para entender que estamos frente a un político sin escrúpulos, obsesionado con llegar al poder y listo para decir y hacer cualquier cosa para lograrlo.

Hoy nos jugamos el futuro de ésta y la siguiente generación y el voto que emitamos como sociedad, debe de ser responsable y estar sustentado en un programa real, que integre múltiples visiones, que establezca prioridades y que le deje claro a la sociedad el cómo se van a hacer las cosas, así, mi reflexión es que tenemos el tiempo suficiente para revisar todas las plataformas electorales para comparar y reconocer que el Frente por México, ofrece la mejor opción para nuestras familias.

* La autora es diputada federal

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