ATERRIZAJES

Después del debate

Por Adán Echeverría.
martes, 24 de abril de 2018 · 00:00

¿Estás feliz? ¿Qué tal tu fin de semana? ¿Qué tal tu declaración de impuestos? ¿Cómo vas en el colegio, puro diez verdad? ¿Cuántos libros has leído este año? ¿Qué tal tu servicio público? ¿Qué tal tu regiduría independiente, sigues contra los partidos políticos, o ya llegaste a acuerdos sobre tu futuro político? ¿Eres el mejor en tu trabajo, o al menos el que más se esfuerza? ¿Cuántas mordidas has ofrecido este año, cuántos negocios chuecos lograste sacar adelante? ¿A cuántas personas lograste fregar porque no tienen tu conocimiento de mecánica, de computadoras, de impuestos, de leyes, de trámites en el gobierno?

Espero que tú seas cada día mejor que el tú de hace unos días. Porque para poder fijarte en lo que los demás hacen, para salir a las calles a gritar Revolución, primero habrías de mirarte en el espejo, y hacerte muchas preguntas que tengan que ver con tus propios actos ¿te has fallado a ti mismo? ¿Has engañado, has mentido, has sido incumplido, has llegado impuntual al trabajo, te has reportado enfermo sin estarlo?

Este domingo revisaba leía sobre Cortázar, leía cuentos de Julio Ramón Ribeyro, revisaba textos de un departamento de electrónica y telecomunicaciones, jugaba con mi hijo, extrañaba a mis hijos que están lejos, y mientras hacía todas esas cosas, me di el tiempo para amar cada día más a mi esposa. Me di la oportunidad de explorar mis propias fallas, de revisar mis propios tiempos perdidos, así como aquellos actos en los que quizá pude actuar de la mejor manera. Revisaba los textos de varios de mis alumnos, y sabía muy dentro de mí de la enorme posición en que me han puestos al poner ante mis ojos parte de su vida, parte de su intelecto, y mal haría yo en no reconocerlo. ¡Gracias!

No, mis queridos lectores, México no es un país en el borde de la desesperación, México no es un país vencido, lo noto todos los días a las 5 de la mañana cuando suena la alarma y me despierto para ver a esta Ensenada despertar y seguir caminando. Somos muchos más los buenos, somos muchos más aquellos que seguimos creyendo en las posibilidades de seguir continuamente persiguiendo la felicidad, porque ese es nuestro derecho y ese derecho es y siempre será inalienable. Nunca lo dudes, jamás lo olvides. Tienes el derecho de seguir siempre buscando y queriendo alcanzar la felicidad. Y la felicidad no es un lugar al que se llega, no es una meta, es una inspiración, que te empuja a la búsqueda continua. Jamás desfallezcas.

¿Creíste que ibas a leer sobre el debate? Claro que no. Muchísimas cosas más importantes hay en la vida que continuar depositando tus tiempos en personajes que siempre seguirán decepcionándote y que no, no representan al México vivo, a ese que todos los días se levanta a seguir luchando por ir en busca de la felicidad. Yo seguiré siendo un franco convencido de la Anulación del Voto. Ningún candidato merece mi mayor atención.

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