LA OTRA HISTORIA

La ciudad de los muertos (Al Qarafa)

Por Lucía Garayzar*
miércoles, 25 de abril de 2018 · 00:00
Por increíble que parezca, la Ciudad de los Muertos ubicada en la parte más antigua del Cairo, alberga aproximadamente a 20 mil familias que viven en pobreza extrema. Incapaces de pagar altas sumas de dinero por la renta de una vivienda, se han visto orillados a convivir con los muertos.

Sobre miles de tumbas los habitantes de la ciudad de los muertos o Al Qarafa, han levantado sus moradas. Otros, con mayor suerte ocupan hasta un mausoleo donde instalan a sus familias para protegerlas de las inclemencias del tiempo.

La mayoría llevan años viviendo en esa necrópolis, la necesidad los ha llevado a emprender pequeños negocios, puestos ambulantes de comida para ganarse la vida, pero en realidad, el lugar es deprimente y muy peligroso.

Cuentan los que han estado ahí que cualquiera puede entrar a la ciudad, lo sorprendente es observar la naturalidad con que la gente se desenvuelve en un escenario en donde en lugar de áreas verdes o patios, los niños corretean y se divierten entre sepulcros.

Amable lector: tal vez algunos de ustedes ya habían oído hablar de esa lejana ciudad. Para serles sincera yo no. Jamás me hubiese imaginado que en la capital de Egipto, existiera un lugar en donde las personas pudieran cohabitar con los muertos.

Dicen que a todo se acostumbran las personas, menos a no comer. Pero no veo como habituarnos al serio problema de inseguridad que ahora se respira en esta ciudad. Desde hace varios meses, el número de muertos ha ido en aumento, nadie sabe a ciencia cierta lo que pasa, cada cual tiene su opinión. Mientras unos juzgan la mala actuación de la autoridad, otros culpan al crimen organizado, a la drogadicción, a la pobreza, a la disputa por la plaza, en fin, últimamente en este tema la mayoría creemos tener mucha experiencia.

La realidad es que casi todos los días nos despertamos con la noticia de algún homicidio, de algún hallazgo de cadáveres en fosas, o de asesinatos en pleno centro de la ciudad perpetrados a la luz del día. Son tan frecuentes, que ya no nos parece extraño enterarnos de esa clase de hechos.

Todos sentimos temor y preocupación, y cómo no preocuparnos, si quienes están designados a proteger al ciudadano ni siquiera son salvaguardados con chalecos antibalas; ¿Cómo no preocuparse?, cuando no se cuenta con policías suficientes, ¿Cómo no preocuparnos? cuando la ley protege al delincuente, ¿Cómo no preocuparse? si de 76 homicidios sólo se han esclarecido 8.

Así podríamos seguir con una lista interminable de preocupaciones y de incógnitas, pero la realidad y lo único verdaderamente cierto, es que nunca de los nunca, los ensenadenses podremos acostumbrarnos como en el Cairo, a vivir entre los muertos.

* La autora es profesora

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