DESDE LA NOTARÍA

¿Qué o quién es un Notario? ¿Qué se necesita para ser Notario?

Por Lic. Diego Monsiváis Franco*
miércoles, 18 de julio de 2018 · 00:00

Parte VIII y última

Hoy llegamos a la parte última del proceso que se requiere llevar a cabo para formación de un Notario titular.

Hemos pasado por las fases que involucran: entrar a una Notaría a prestar sus servicios profesionales como licenciado en derecho; iniciar formalmente la práctica notarial; realizarla durante el tiempo que sea necesario, hasta que el interesado esté apto para sostener y pasar un examen frente a tres o cinco sinodales; pasar el examen con calificación superior a ocho; obtener su “Patente de Aspirante al Ejercicio del Notariado”; seguir practicando el ejercicio notarial hasta tener la oportunidad de obtener una adscripción notarial y ejercer como “Notario Adscrito” a una Notaría del Estado, bajo la dirección y responsabilidad de un Notario Titular; en cuanto haya una vacante o se cree una nueva notaría en el Estado, solicitar ser admitido como participante al “Examen de Oposición” que deberá llevarse a cabo para obtener la titularidad, una vez que gane el citado examen obteniendo la mayor calificación entre todos aquellos que se hubieren presentado para contender, siempre superior a ocho.

Como puede apreciarse, éste es un proceso largo, difícil, en el que se deja gran parte de la vida del aspirante, lo que pone más en contexto lo que representa que un gobernador exima a “su elegido” de llevar a cabo todo este proceso para la forja de un verdadero Notario, en lugar de sólo darle el título y exentarlo de todo el aprendizaje, esfuerzo y tiempo invertido. No sólo se comete una gran injusticia contra el aspirante, sino contra toda la población que se topa ahora con un “Notario” que de esto sólo tiene el nombre, pero no las cualidades ni los conocimientos, ni la experiencia ni la ética aprendida y experimentada con el o los Notarios titulares con quien el aspirante se forjó.

Afortunadamente, todos aquellos que tengan, además del valor y el coraje, pueden oponerse judicialmente, a través del juicio de amparo a cualquier persona que nombre el gobernador, eximiéndolo de todo el proceso antes narrado, pues los derechos que tienen adquiridos quienes ya obtuvieron su “Patente de Aspirante al Ejercicio del Notariado”, los legitima para pedir la protección de la Justicia Federal en contra de la resolución dictada por un gobernador que quiere beneficiar a sus “amigos”, “regalándoles” una Notaría, en perjuicio del o de los aspirantes formales y en detrimento de la población en general, misma que se ve privada de una persona preparada, responsable y moralmente capaz, para tener en su lugar un “amigo influyente” del gobernador en turno que carece de todos esos elementos formales y naturales.

Todavía se ve este daño más escandaloso, cuando luego éste “notario”, el gobernador o exgobernador que “lo puso”, le empieza a exigir que haga cosas indebidas, quien por los favores recibidos y la falta de ética, no dejará de hacerlas, lo que ya hemos visto que pasó, con los gobernadores de Javier Duarte y César Duarte. Aquél que creó empresas fantasmas para sacar el dinero del erario y depositarlo en sus cuentas personales. Amén de otros documentos hechos en “complacencia” del citado funcionario.

Pero, finalmente damos por concluido este tema que, en ocho capítulos se ha podido ver el largo camino que se requiere para forjar a un Notario, los conocimientos que éste debe asimilar, la experiencia que debe adquirir, la ética que debe absorber y del trato con la gente que ha requerido los servicios notariales y de donde le notario en ciernes, junto con el titular, puede apreciar las necesidades de pueblo y encontrar las formas de solucionarlas.

Pero, se nos volvió a acabar el espacio, por lo que en la próxima semana seguiremos llevando la Notaría a sus hogares, con otros temas propios del “quehacer” notarial.

* Titular de la Notaría Pública Número Cinco en Ensenada
diegomonsivais@notaria5ensenada.com

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