Bajar el IVA o morir en el intento

Cuando el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador se dio una vuelta por Baja California aún siendo candidato, una de sus promesas de campaña fue reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 16 al 8 por ciento.

Esta medida, entre otras, es para crear una zona franca que tenga tasas tributarias especiales para impulsar la economía regional y evitar así la fuga de mano de obra hacia Estados Unidos.

Claro está que por acá le aplaudimos el acierto, porque a raíz de que se homologó el IVA en la frontera con el resto del país, del 11 al 16 por ciento, la economía del Estado recibió un impacto bastante fuerte, del que todavía no logramos recuperarnos.

El alza en la inseguridad que estamos viviendo, hoy día, en el municipio de Ensenada es, en parte, gracias a esta “hábil” medida.

En aquel entonces, varios expertos en economía dieron varias razones de peso para que se revirtiera tal estrategia de recaudación, cosa que los señores del Gobierno federal obviaron, por el desconocimiento que tienen de la zona norte, en especial de aquella que se encuentra en el noroeste, tan lejos del resto del país y tan cerca de Estados Unidos.

Antes de que el IVA aumentara, Ensenada era considerada zona fronteriza, por su posición estratégica, su puerto marítimo, la dependencia del turismo extranjero, entre otras tantas actividades. Cuando el IVA aumentó siguió considerándose parte de la zona fronteriza.

Sin embargo, con López Obrador y su séquito, por arte de magia, Ensenada dejó de ser frontera.

Cuando el ahora señor presidente electo se dio una vuelta por el municipio siendo aún candidato, según él analizando las necesidades de la población, ¿dónde estuvo?, ¿qué vio?, ¿con quién habló? ¿Le enseñaron un mapa? ¿No se dio cuenta de que estamos encapsulados en una península, con mar de un lado y del otro, que nuestra economía depende, en gran medida, de Estados Unidos, porque no existe un comercio, como tal, con el resto del país? ¿Alguien le dijo que es necesario generar medidas para impulsar el desarrollo económico de la región?

Ya veremos si los esfuerzos por parte de empresarios y políticos para convencer al séquito económico de López Obrador rinden frutos y logren reducir el IVA y el Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Sin embargo, suponiendo que López Obrador se emberrincha y decide no incluir a Ensenada en su proyecto de zona franca fronteriza, porque él nunca se equivoca y sabe lo que hace, ¿hay una estrategia a seguir? ¿Existen proyectos a mediano y largo plazo para hacer de Ensenada un municipio atractivo para el turismo y los inversionistas, con todo y su IVA al 16 por ciento?

O Seguiremos esperanzados, como siempre, a que papá Gobierno nos resuelva la vida, porque no hay planes a seguir, seguimos sin infraestructura clave, sin agua suficiente, con carreteras inacabadas, a todo le ponemos “peros”, nada nos gusta ni nos parece…

Como sea, cuando López Obrador se dio su vuelta por acá, dijo que siendo presidente electo regresaría a Ensenada. Esperemos que cumpla, porque ése será el momento adecuado para agarrarlo y darle su paseada por el municipio, para desasnarlo y que entienda, de una vez por todas, por qué Ensenada debe considerarse parte de la franja fronteriza.