LA OTRA HISTORIA

¡Ojalá!

Por Lucía Garayzar Rodríguez*
miércoles, 22 de agosto de 2018 · 00:00

Cada vez que utilizamos la palabra “ojalá”, manifestamos un ferviente deseo porque suceda lo que más anhelamos. Se dice que el origen de la palabra es árabe y que significa “Si Dios quiere”; o “Quiera Dios”, pero, ¿cómo llegó a ser tan común esta expresión en el castellano? Cuenta la historia que cuando los musulmanes invadieron la península ibérica en el siglo VIII, la cultura española fue influenciada por los árabes, tan así fue, que actualmente alrededor de un 15 por ciento de las palabras de nuestro idioma, provienen de la lengua árabe.

Algunos especialistas en el tema opinan que es difícil decidir cuál de las dos traducciones es la más acertada, pues se necesita un experto en palabras árabes (arabista). Lo que sí queda muy claro es el concepto, pues el vocablo refleja claramente que lo que se quiere transmitir es la idea de lo que se desea.

Amable lector: si nos dedicáramos a escuchar con atención y contáramos el número de veces que esta significativa palabra es utilizada en nuestro lenguaje, nos daríamos cuenta que estamos impregnados de “ojalás”. ¡Hoy mismo!, justo en este momento, nuestro país, nuestro estado y nuestra ciudad, pronuncia continuamente “ojalá”.

“Ojalá que podamos formar parte de la franja fronteriza”; “ojalá que Lopez Obrador cumpla lo que prometió”; “ojalá que se acabe la corrupción”, “ojalá que la desalinizadora funcione”, “ojalá que metan a la cárcel a todos los funcionarios corruptos”, “ojalá que pase la basura”, “ojalá que tapen los baches”, “ojalá que haya más seguridad”, “ojalá que la gente no ensucie más las playas”, “ojalá, arreglen el tramo de la muerte”. Ojalá, ojalá, ojalá...

Lo que sucede, pasa porque tiene que pasar, porque así está prescrito, porque así ocurre cuando acontece. “Ojalá que en la elección de 2019, elijamos muy bien a nuestro gobernador, diputados y alcaldes, porque ya está bueno de tanta quejadera si no hay responsabilidad”. “Ojalá los partidos escojan a lo mejorcito que tienen dentro de sus filas, porque claro que hay personas valiosas dignas de gobernar”; “ojalá que los panistas valoren su última oportunidad, porque si no se ponen de acuerdo, lamento decirles que nuevamente perderán”; “ojalá, que los priistas hayan aprendido bien la lección, porque en la que sigue no creo que encuentren ningún lugar”; “ojalá que todos los partidos chiquitos desaparezcan, ya no queremos mantenerlos más”; “ojalá que los que sintiéndose perdidos y a MORENA tengan pensado emigrar, sepan muy bien lo que están haciendo, porque después, no se vale llorar”. “Ojalá que ya no nos vaya tan mal”.

* La autora es profesora
 

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