BAÚL DE MANÍAS

Un buen jueves con Vivaldi y Mozart

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 28 de agosto de 2018 · 00:00

“Cuando un pueblo trabaja, Dios lo respeta, pero cuando un pueblo canta, Dios lo ama”. Dirá usted, estimado lector, y con algo de razón, que eso no pasa de ser más que un “wishful thinking”, pero me parece bonito. Y, hablando de cantos y pueblos, déjeme invitarlo a la próxima presentación del Coro Pro Música Ensenada. Apúntele y apúntese, porque la entrada para este evento es gratuita. ¿Por qué es gratuita? Ah, pues porque forma parte del programa del Festival del Conocimiento-Ensenada, que comenzó el pasado domingo 26 de agosto y concluirá el sábado 1º. de septiembre. De paso, le recomiendo que revise usted el programa completo del Festival. Lo puede usted checar en este link: https://www.facebook.com/pages/biz/Festival-Del-Conocimiento-Ensenada-1464736253839296/.

El Coro Pro Música se presentará el jueves 30, a las 19 horas, en el Auditorio de la Parroquia de San Judas Tadeo, en Valle Dorado. Interpretará dos obras maestras del repertorio: el Magníficat RV 610 de Antonio Vivaldi, y la Missa Brevis no. 5 en Do Mayor, K. 220 de Wolfgang Amadeus Mozart.

El Magníficat de Antonio Vivaldi data de 1719. Consta de nueve movimientos (contrastantes y complementarios), que le ponen música a la traducción (al latín) de las palabras de María, madre de Jesús, citadas en el Evangelio de Lucas. Estas palabras son un himno de acción de gracias, cuya originalidad reside en la asimilación personal de María (la autora) de cuatro grandes ideas bíblicas, a saber: 1.- la misericordia de Dios; 2.- la preferencia de Dios por los pobres y los humildes; 3.- su poder, santidad y fidelidad; y 4.- la promesa que hizo a los patriarcas. El Magníficat es, pues, anterior a las vivencias de la vida, pasión y resurrección de Jesús.

Antonio Vivaldi fue un artista genial, y en esta breve obra plasmó toda su sabiduría. Es una refinada muestra de plenitud creativa, llena de contrastes armónicos y melodías innovadoras. Tiene el paquete completo: drama, emoción, alegría. Dura unos veinte minutos.

La Missa Brevis no. 5 en Do Mayor, K. 220, fue compuesta por Wolfgang Amadeus Mozart en Salzburgo, en 1775 o 1776, es decir, cuando el chamaco tenía 19 (o 20) años. Es para solistas (soprano, contralto, tenor y bajo), coro a cuatro voces, 2 trompetas, 3 trombones, timbales, cuerdas y órgano. En alemán le llaman Spatzenmesse, que en castellano se traduce como “misa de los gorriones” a causa de los trazos de los violines que puntúan con sus trinos la alabanza del Sanctus y del Benedictus, o sea, porque esos trazos recuerdan el gorjeo de los gorriones. Aunque es su quinta misa breve (y en este caso, sobra decir que “no hay quinto malo”), esta es la primera de cinco que Mozart escribió en do mayor. Ello hace sospechar que tomó la tarea como una especie de desafío compositivo, del tipo “¿cuántas misas en do mayor podré componer sin enfadarme?”… Aunque, dicen que igual y eligió esa tonalidad porque es la más cómoda. Es breve, es buena, es Mozart. Se la recomiendo ampliamente.

Abur. Nos vemos el próximo jueves, a las 19 horas, en el Auditorio de la Parroquia de San Judas Tadeo.

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