POR SI LAS MOSCAS

Y ahora, la CFE

Por Laura Monzón
viernes, 3 de agosto de 2018 · 00:00

Después de cuatro años y medio de que se aprobara la polémica reforma energética que según llevaría a México hacia el primer mundo, las cosas no han mejorado mucho. Más bien, han ido en picada, en especial con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ahora, en la mira de todos.

Mientras que en otros países las empresas públicas saben manejarse y mantener sus finanzas más o menos sanas, la CFE sigue registrando pérdidas, a pesar de las promesas y los supuestos cambios.

En el primer semestre del año que sigue su curso, la empresa registró una pérdida de 39 mil 860 millones de pesos. No es que esperemos todas las maravillas de un día para otro, pero debería haber mejoras; por lo menos algunas.

Todo tiene que ver con corrupción, malos manejos, favoritismos, turbiedades… Vamos. El cuento es viejo y nos lo sabemos de memoria.

Desde que el mesías mexicano se convirtió en el virtual presidente electo, juró y perjuró que todo va a mejorar. De tanto repetirlo, de alguna manera, a muchos está logrando convencernos de que así tiene que ser, porque una de sus líneas es poner en los cargos estratégicos a gente capacitada y conocedora del tema en cuestión, para acabar con la corrupción.

Pero los “destapes” del virtual presidente de la esperanza no dejan de sorprendernos.

De pronto, como una luz cegadora, con bombo y platillo anunció la buena nueva de que Manuel Bartlett Díaz estaría al frente de la CFE; un político con una trayectoria un tanto cuestionable, de esos que les da por patear la olla de los frijoles, luego de comerse varios platos.

Lo peor de todo, es que sabemos que tiene ideas que bien podrían remontarnos al siglo XVII, cuando todo se iluminaba con velas y lámparas de aceite.

Fue uno de los que estuvo arremetiendo en contra de la reforma energética desde el Senado; sin experiencia en el ramo empresarial y, mucho menos, con conocimientos en el sector eléctrico.

Pero es uno de los apóstoles iluminados del salvador de México y pues hay que devolverle el favor, por pasarse del lado “correcto” de la historia.

Sin embargo, el señor de la caída del sistema en 1988 y metido en el asesinato del periodista Manuel Buendía ya cambió de parecer, como lo ha hecho en otras tantas ocasiones. Su mamá le dijo que siempre sí se queda la reforma energética y él la va a respetar, desde donde le competa.

Dentro de sus planes, dice, hará más competitiva a la CFE ante otras empresas. Además, le adicionará nuevas tarifas, combinadas, diferentes, de todos sabores. Tarifas para las empresas y para los ciudadanos, buscando evitar que sigan subiendo y devolverle la “función social”.

Dentro de esta idea, claro está, entra la condonación de pagos a los integrantes de la “resistencia civil” en contra de la CFE, que por allá de 1995 dejaron de pagar la luz en algunos lugares del sur del país, azuzados por el hoy presidente virtual, en protesta por los cobros excesivos. Una deuda que asciende a más de 40 mil millones de pesos, según los datos.

Además, revisará cada caso, en especial en los Estados en que hace mucho calor, donde la gente reclama por los altos precios de las tarifas.

Ya veremos, en el futuro, si la designación de Bartlett es buena o no.

Como sea, parece que por lo pronto podemos estar tranquilos y con la seguridad (esperemos), de que López Obrador no le ordenará tumbar los ventiladores grandototes de energía “eótica” que están en La Rumorosa.

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