CRÍTICA DE LA RAZÓN CÍNICA

Periodismo con la gente

Por Rael Salvador
viernes, 3 de agosto de 2018 · 00:00

El despliegue y lectura de un periódico es uno de los descubrimientos más fascinantes que ha permitido la imprenta. Si los sentidos participan de lo memorable el tacto al papel, la visión a imágenes y tipografías diversas, el aroma a tinta fresca, el crujir musical de su paginado, el sabor de la sorpresa que nos mantiene la boca abierta-, el intelecto se regocija al obtener un presente que se lee como si los acontecimientos estuvieran danzándonos de frente.

Había que pasar por esta experiencia para entender lo que significa el goce de un periódico impreso, a la vez que comprendemos la fisiología de lo que es sostener un cuerpo entre las manos y, en el arco de su vitalidad, lo que realmente implica tenerlo, así como se acuna a un bebé o se acaricia la cabeza del perro…

No me opongo a la virtualidad, sino que privilegio la vivacidad de la reciedumbre y el ardor vivo de todo temperamento.

El periódico se hace con la gente, porque es ella quien lo vitaliza a partir de su búsqueda, de su paseo, de su lectura, de su reacomodo, de su doblez, de su necesario extracción de intereses: deportes, generales, opinión, cultura, policiacas, sociales, clasificado, cupones, ofertas publicitarias… ¿Qué sección del diario nos acomoda en este momento? ¿Qué necesito saber de la cotidianidad de mi entorno? ¿Perdieron los Padres de San Diego otra vez? ¿Novelo en las calles? ¿No hay un periódico en casa para tatuar esas mosca en la pared? ¿Que el perico necesita piso? ¡También!

No es una noticia que genere optimismo que a partir del 4 de agosto El Vigía cancela su edición dominical. No, no lo es. El mismo medio esgrime razonamientos válidos, importantes. Consciente de lo que implica el ahorro del tiraje -el papel, las placas, echar a volar el dragón, el piso, la sustentabilidad mecánica, operativa y un largo etcétera- y que resuelve la omisión con una edición de fin de semana, augurando que se adviene a una nueva etapa editorial.

El posicionamiento, los años de arraigo, el servicio puntual a los anunciantes, a la comunidad en general y suscriptores, hacen de El Vigía el medio impreso de mayor presencia en la ciudad de Ensenada, ofertando de igual manera su portal digital al acceso y lectura en cualquier punto geográfico del planeta.

Si el periódico se hace con la gente, ¿cómo se podría entender que ella misma está desatendiendo las demandas y servicios de su medio periodístico más activo de la comunidad? ¿Cómo podría esta gente tener una participación más concreta? Quizás abocándonos al franco equilibro que se necesita para estar informado y, desde luego, luchar para que ello suceda: lo indispensable para existir es reconocernos como un bien común.

Periodismo con la gente, a partir de la gente y la necesidad demandante de esa misma gente. La inteligencia también es colectiva y hoy, más que ayer, se necesita conservar lo que con mucho trabajo se ha logrado.

Aún sueño con el periódico más bello jamás impreso.

raelart@hotmail.com

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