AJEDREZ PÚBLICO

México 68

Por Alfonso Torres Chávez
sábado, 4 de agosto de 2018 · 00:00

Un nuevo texto de Sergio Aguayo vuelve a poner en movimiento al 68.

Para la generación de 1968 o los que aún quedan, pues ya han partido con el creador El búho, Alvarez Garín, Roberta Avendaño Tita, es un movimiento que sigue vivo.

Llegó al cincuentenario en medio de la expectativa creada por la declaración ministerial del ex presidente Luis Echeverría Álvarez.

En México, movimientos como el del 68 calaron profundo en el imaginario colectivo.

Es tal el impacto que muchos jóvenes salen el 2 de octubre sin comprender bien el fondo del movimiento.

La generación del 68 se quedó esperando una respuesta que llegó en forma de bayoneta.

Y con un presidente intolerante.
No estábamos esperando que al momento de llegar a un acuerdo, este se rompiera con el estruendo de las armas.

Las hipótesis sobre el 2 de octubre no son del todo claras. Eso se ha discutido, tal y como la participación del batallón Olimpia en una operación militar coordinada.

El Código Penal Federal castigaba el delito de disolución social. Un tipo penal en el que cabía la conducta de los estudiantes revoltosos.

La revuelta se volvió la voz de todo el país. Desde aquel pliego petitorio de seis puntos hasta la toma del Instituto Politécnico Nacional por el Ejército.

Hay que recordar que el inicio de las hostilidades se dio tras un juego de tochito, pero la escalada de violencia se fue ampliando, y el abanico de opciones también.

Ante un movimiento que no cedió debido a la respuesta gubernamental los ánimos estudiantiles se fueron exacerbando, hasta llegar al límite de las pasiones.

Hemos sido tolerantes, hasta excesos criticados, y no podemos permitir ya, que se siga quebrantando irremisiblemente el orden jurídico, como a los ojos de todo mundo ha venido sucediendo, dijo el presidente Gustavo Díaz Ordaz en su cuarto informe. Evidentemente los visos de autoritarismo ya estaban dados desde el movimiento médico de 1965.

Con un ánimo antijuvenil a todas luces visible, no se podía esperar otra respuesta a las demandas estudiantiles, máxime con la expectativa de los Juegos Olímpicos de 68, que estaban a unos días de comenzar.

En el futuro próximo, el Movimiento del 68 tuvo una consecuencia directa: abrió los espacios democráticos que el país ansiaba.

Así, la obra del 68 fue una pléyade de demandas que se cristalizaron un cambio, aunque no a la velocidad esperada.

alfonsotorr@gmail.com

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