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CFE, Pemex y AMLO

Por Jorge A. Meléndez
martes, 7 de agosto de 2018 · 00:00

“Hay que rescatar a la CFE. Que no sólo compre electricidad, sino que produzca y sea de nuevo esa gran empresa de todos los mexicanos”. Más o menos así se expresó Manuel Bartlett en una entrevista de radio que escuché la semana pasada.

Ufff, el flamante futuro director de a tiro no le entiende. Aunque afirme que “no tirará la reforma eléctrica”, al detallar sus conceptos insinúa subsidios, habla de eliminar pérdidas, de tarifas justas, etc. Puras generalidades ochenteras que no reflejan la realidad actual.

Y es que algunas de las ideas de ya sabes quién sobre el sector energético no cuadran... y preocupan. Veamos.

Iniciemos por la CFE, a la que Bartlett critica por “comprar electricidad”. Se refiere a los productores independientes (PI) que generan alrededor del 35% de la luz en México.

Éstos existen por 2 razones: generan luz a precios más competitivos (no sufren la enorme burocracia, pensiones y prestaciones de la CFE) y, segunda, con ellos la CFE evita realizar fuertes inversiones iniciales y en su lugar firma contratos de suministro de 20-25 años.

Aquí me detengo para explicarle algo a Mr. Bartlett: el meollo de la generación de luz es producirla al menor costo posible. Eso es lo que va a beneficiar finalmente a la población: luz confiable y barata.

Por eso la CFE subasta tarifas eléctricas para contratar a nuevos PI y elige al que la produzca más barato. Profundicemos en otro detalle: el gas es importantísimo para producir electricidad.

Resulta que las plantas generadoras que lo utilizan son las más competitivas. Por eso actualmente alrededor del 55% de la luz en México se produce con gas. Y aquí va otro factor clave: el gas explica el 75% del precio de la electricidad producida por estas plantas.

Por ende, tener gas competitivo es clave. Y como en México no se produce suficiente (más o menos se importa el 55%) entonces se requiere invertir en muuuchos gasoductos.

Precisamente esto han hecho Pemex y CFE: la capacidad de transporte creció 80% en el sexenio. Se invirtieron decenas de miles de millones de dólares en gasoductos. Y la CFE no puso ni un peso.

¿Ya adivinó cómo le hizo? Dado que el sector eléctrico representa el 50% del consumo de gas (Pemex suma 28% más), la CFE realizó contratos de transporte a largo plazo con los inversionistas de los gasoductos. Asegurado el principal cliente, el ducto se construye.

Y falta el eslabón final: si la CFE compromete transporte de gas a largo plazo, hay que asegurar su abasto. Por esto creó la subsidiaria CFE Trading, que ha firmado contratos de suministro de gas a largo plazo. Éste es el ciclo del revolucionado sector que ahora dirigirá un político con ideas totalmente anacrónicas.

Pasemos a Pemex y específicamente al tema de las refinerías. Como son plantas muuuy caras, la utilización de su capacidad (UC) es clave. Y en México estamos para llorar.

Mientras que en el mundo desarrollado la UC ronda el 90%, acá el promedio de las 6 refinerías apenas llega al 40%. Y ojo, porque el declive fue muy reciente: en el 2012 el nivel era 75%.

Un análisis del Centro de Investigación Económica Presupuestaria explica que si la UC de las refinerías mexicanas subiera a 90%, sólo se requeriría importar 10% del consumo de gasolinas en lugar del 76% actual. Ésa sería entonces la inversión prioritaria... y tendría sentido económico siempre y cuando las refinerías fueran eficientes (¿lo serán?).

Pero el tema de la inversión en una nueva refinería es distinto. Hay diferencias importantes en costo y tiempo de construcción si el crudo que se va a procesar es ligero o pesado. Si es ligero cuesta unos $6,000 millones de dólares y si es pesado costaría 2 o 3 veces más.

En esto México tiene dos problemas: la producción se ha desplomado... y el 57% del petróleo que producimos es pesado.

Por ello hay que evaluar bien la construcción de la nueva refinería, pues podría terminar costando y tardando mucho, o bien, requerir que se importe crudo ligero para operarla. Es decir, se sustituiría la importación de gasolinas por la de petróleo.

Bien haría pues Andrés Manuel en ser cauto y analizar detenidamente sus planes para un sector energético que se ha revolucionado globalmente.

A fin de cuentas esas “épocas gloriosas del pasado” a las que quieren regresar precisamente son las que pusieron a México en la encrucijada energética en la que estamos, ¿no cree?

Posdata. Me preocupa que no incluyan a la IP en las últimas negociaciones del TLC. El objetivo no es firmar rápido, es lograr un buen acuerdo. Trump es muy duro y la IP aquí y allá es un dique. No lo olviden.

En pocas palabras...
“Todo mundo tiene un plan hasta que los golpean en la boca”.
Mike Tyson

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