Baúl de manías

Nuestro nerdito interior, segunda parte

Por Ma. Cristina Álvarez-Astorga
martes, 7 de agosto de 2018 · 00:00

Aquí nomás, sigo transcribiendo fragmentos del video de los chicuelos de “Con C de Ciencia” https://bit.ly/2LAs3qj.

“Las cuerdas y las columnas de aire son las dos únicas formas de producir “sonido matemático” que los seres humanos hemos utilizado y adaptado a través del tiempo. Un ejemplo de “cuerdas naturales” serían las cuerdas vocales... Si yo alargo, por ejemplo, la segunda “a” del verbo “alargar” y digo “alaaaaaaaaaaargo”, mi voz es “orden”, mientras que el “ruido” que está sonando al mismo tiempo (proveniente del ambiente) es “caos”… Y para nuestro nerdito interior, son muy diferentes. Y él, nada tonto, usa una descarga de dopamina para recompensarnos cada vez que escuchamos una de las dos cosas (no “cualquiera de las dos”, sino la que está “ordenada”).

“Para distinguir el “orden” del “caos” nuestro cerebro busca, entre su arsenal de armas matemáticas, y elige la “Transformada de Fourier”… (Nota de la Corchea, o sea, mía: La Transformada de Fourier, es una transformación matemática empleada para convertir señales entre el dominio del tiempo (o espacial) y el dominio de la frecuencia).

“La T de F se aprende en el segundo año de la carrera de Ingeniería, aunque, al nacer, su cerebro (y el mío, y hasta el de los chairos, derechairos y los dinochaurios, jajaja) ya sabe hacerla… A nuestro cerebro le produce satisfacción encontrar ondas con las que es capaz de hacer la Transformada de Fourier. ¿Por qué? Porque es un procedimiento sencillo y elegante. Pero, una cosa es “traer ya instalada” la Transformada de Fourier y otra es que a todos los cerebros “se nos den” igual de bien las matemáticas”. (Nota de la Corchea: Si así fuera, qué chiste, todos seríamos Yo-Yo-Ma, los afinadores de pianos se morirían de hambre, y cualquier Coro cantaría como los Sixteen).

Fíjese nomás: “Alrededor del 4% de la población mundial padece de una condición llamada “Amusia” (que suena gacho… y lo es): consiste en que su cerebro es incapaz de reconocer y procesar las llamadas “notas musicales”. A los pobrecillos “amusios” (¿ó “amúsicos”?) les suena igual la tonadilla del Happy birthday to you” que la de Fí fí ri fí fí, tan-tán… Y eso les pasa porque su cerebro es incapaz de procesar la información que le llega de un organelo llamado “cóclea” (del latín “cochlea”, también llamada caracol)”.

Hay amusia innata y adquirida. En los últimos años de su vida, Maurice Ravel (1875-1937) padeció una enfermedad neurológica que le afectó el córtex prefrontal y los ganglios basales. Eso le produjo una afasia de Wernicke, que le provocó una gran dificultad para la lectura y la escritura… Desde el punto de vista musical, esto se tradujo en un pensamiento musical relativamente bien conservado, pero con gran afectación de la escritura y la lectura de partituras musicales. Varios musicólogos piensan que el famoso “Bolero”, con su cantinela incansablemente repetida, su sencillez melódica y su linealidad, es el reflejo de la enfermedad. Última hora, esa es la razón por la que está en do mayor.

En el estreno, una dama gritó, cuando terminó la obra: «Au fou, au fou!» (¡Al loco, al loco!). Ravel le dijo a su hermano: «Celle-là, elle a compris!» (He ahí, ella lo ha comprendido)… ¿Locura o genialidad?

Hasta aquí la segunda parte de nuestro nerdito interior. Abur. Voy por mi dopamina: https://bit.ly/2meNn62.

...

Comentarios