AJEDREZ PÚBLICO

Nostalgias

Por Alfonso Torres Chávez
sábado, 8 de septiembre de 2018 · 00:00

La paz de que gozaba Ensenada ya es pasado. Evidentemente sigue siendo una ciudad donde las personas se conocen, sin embargo, todos los días llegan personas nuevas a aumentar la mancha urbana.

¿Qué es lo que ocurre que ya no se puede vivir en paz? En primer término vemos que como afirmó Nicéforo en sus leyes están al revés. El criminólogo italiano afirmaba que la criminalidad evolucionaría de lo muscular a lo cerebral, pero se ha visto que la violencia ha aumentado.

A ello hay que sumar un clima de grave inseguridad.

Conforme pasa el tiempo las personas viven encerradas al doble, ya no es suficiente el bastón de seguridad de un automóvil, o las dobles cerraduras en las puertas de las casas.

En Ensenada la gente solía dormir con las puertas abiertas, porque todos los vecinos eran conocidos entre sí.

Vivir encerrado se ha convertido en una constante. Es el sacrificio por la inseguridad que priva.

Ademas el país vive el mismo clima en todas partes.

Los expertos en derecho penal afirman que la inseguridad está íntimamente ligada con fallas en la aplicación de la política criminal.

Si la política criminal que traza el Estado no está lo suficientemente trazada conforme a los lineamientos necesarios para fortalecer áreas como la seguridad pública, estamos en problemas graves.

No se necesita ser un brujo para darse cuenta de la situación. La gente se siente insegura. Tiene miedo, temor de salir.

No se trata de vivir encerrados.
Pero ante el panorama desolador que vive el país se han generado métodos poco ortodoxos ante la falla estructural del Estado para responder en materia de seguridad pública.

Lo que debemos hacer es exigir del Estado que nuestros impuestos se materialicen en acciones que permitan a las personas vivir en paz y poder salir con tranquilidad a la calle.

Desde luego no vamos a volver a vivir con las puertas abiertas, pero si al menos intentar que se respire un clima de cierta seguridad.

En tanto eso no se cumpla el Estado estará fallando en una de sus obligaciones constitucionales.

Por ello, es que se requiere de una política criminal de prevención que además de sancionar conductas, brinde a los ciudadanos seguridad.

Esa es la función básica del Estado.

alfonsotorr@gmail.com

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