AJEDREZ PÚBLICO

El cuadro económico

Por Alfonso Torres Chávez
domingo, 14 de enero de 2018 · 00:00

Ensenada, B. C.

La fisiocracia es una doctrina económica que relaciona la fisiología humana con la economía. Quesnay, médico francés de la Corte de Luis XV en 1752.

El cuadro económico trata de explicar los mecanismos económicos con los que funciona el Estado como la circulación de la sangre en el cuerpo humano.

La crisis económica es una constante en cualquier época de la humanidad. La teoría del cuadro económico quizá nos ayude a comprender de forma sencilla la forma en que funciona la crisis.

Cada escuela o teoría que explica la evolución económica de la humanidad, si las crisis económicas son o no una constante en la vida de la humanidad esto depende de muchos factores. La relación que existe entre el cumplimiento de nuestras obligaciones fiscales y la evolución y progresión económica de los estados tiene que ver con el derecho humano al mínimo vital.

Cuando aparecen casos como el de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz, o el de César Duarte en Chihuahua, las personas tienen todo el derecho de cuestionarse si vale la pena pagar impuestos, y lo más importante: ¿cómo es que el Estado tiene la desfachatez de cobrarnos impuestos, pero no evita la fuga de millones de pesos de las finanzas públicas del país?

La evasión fiscal es considerada un delito grave, cuya penalidad es sumamente alta, así como lo son también las multas que se deben pagar por la omisión de pagos o declaraciones ante el Servicio de Administración Tributaria.

Pero cabe preguntarse: ¿Quién persigue a las empresas que no pagan impuestos?, ¿Dónde queda el derecho de todos los contribuyentes a pedir cuentas de su propio dinero que es destinado al gasto público?

Todas estas preguntas sencillamente, no tienen respuesta. Y no la tienen porque están a la vista de quien quiera verlas: nuestros impuestos (IVA, ISR, y otros) no se ven reflejados en el mejoramiento de servicios públicos.

Hace algún tiempo en Ensenada, un grupo de personas tomó por asalto las oficinas del SAT y sencillamente las cerró simbólicamente.

Eso sí, en este momento en que se acercan las presidenciales, tenemos anuncios musicalizados de todos los partidos, y ya hasta salió un precandidato demostrando sus habilidades de pianista y cantante.

En vez de sentir pánico de lo que pueda pasar, los políticos deberían estar preocupados de que sus patrones les permitan conservar su chamba.

Pero en este momento lo que interesa es otra cosa: invadir la televisión, el periódico, la radio y los medios masivos de comunicación más modernos, de los spots que necesitamos para convencernos de por quién votar.

México está nuevamente frente a un escenario que puede deparar un futuro halagador para el país, si sabemos capitalizarlo en un bono de democracia.

alfonsotorr@gmail.com
 

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