AJEDREZ PÚBLICO

La televisión que tenemos

Por Alfonso Torres Chávez
domingo, 18 de marzo de 2018 · 00:00

Ensenada, B. C.

La televisión es uno de los medios que mayor impacto tiene en la sociedad. Con el nuevo sistema de justicia penal, los medios de comunicación tiene una fuerte presencia, tomando en consideración que con la reforma las audiencias son públicas y está permitida la presencia de medios informativos.

Estos protegidos por el principio de la publicidad que está conectado con la libertad de información, pueden tomar notas y tener un espacio en las audiencias.

La apertura del sistema ha roto con el antiquísimo secreto de las audiencias en materia penal.

La misma lógica se aplica a cierta información de los detenidos en los medios de comunicación, pues la ley protege la identidad de estos al poner marcas de color negro en los rostros de las fotografías.

La difusión de información está protegida por los artículos 6 y 7 de la Constitución federal, agregando desde luego ciertas diferencias.

Los principios como el de la libertad de información es lo que permite que los medios de comunicación ocupen espacios durante las audiencias en el nuevo sistema de justicia penal.

Con ello, se quiso romper el paradigma de secreto que durante muchos años se guardó con respecto al procedimiento.

La difusión de información sobre los procesos penales evidentemente se refiere a aspectos que pueden ser conocidos por el público, pero no a aspectos del expediente del asunto que se trate.

El principio de esto tiene que ver con la publicidad.

Llevando a cabo en las salas de audiencia la presencia de medios de comunicación se cumple con el principio de publicidad que indica el Código Federal de Procedimientos Penales.

Con ello el Estado da cierta garantía a la protección de derechos fundamentales.

No debemos olvidar que son los derechos humanos la piedra angular del nuevo sistema de justicia, y es por ello que principios como el de publicidad tiene aplicación en el proceso penal.

Cuando en las postrimerías se presumía que el sistema sería como en Estados Unidos, en principio no estábamos equivocados, con la salvedad de que evidentemente, los mexicanos tendríamos que acostumbrarnos al uso de un sistema que no conocíamos.

De aquí que necesitemos un nuevo sistema que cada vez progrese hacia un derecho penal de mínima intervención.

Ello sería el estado ideal del derecho penal.
Pero de eso estamos aún lejos, porque faltan algunos lustros de avance.

alfonsotorr@gmail.com
 

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