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Andanzas antropológicas: La nutria marina en B.C.

jueves, 1 de octubre de 2015 · 00:00
Por: Biol. Andrea Guía Ramírez*
 
 
Hoy en día sólo el recuerdo vago de la existencia de la nutria marina queda en la memoria de algunos bajacalifornianos. Sin embargo, este mamífero fue un habitante asiduo de nuestro litoral costero en tiempo no tan remotos, evidencia de ello queda en los registros históricos y arqueológicos de la región. Históricamente, esta especie, habitó a lo largo de la costa norte del Océano Pacífico, desde Punta Morro en Baja California Sur, pasando por las Islas Aleutianas e Islas Commander y llegando hasta el norte de la Isla Hokkaido en  Japón. Hoy en día, se le encuentra en regiones como Bahía Monterey en California y se cuenta con avistamientos esporádicos en algunas islas de Baja California y norte de Baja California Sur.
 
La nutria es un mamífero marino de la familia Mustelidae, que se le reconoce por el nombre científico de Enhydra lutris nereis. Es una especie carnívora que habita las costas rocosas expuestas a mar abierto y los mantos de algas donde se alimenta de la fauna bentónica marina como son erizos, cangrejos, moluscos y peces.
 
Son organismos con un pelaje fino y altamente denso, característica que la llevó a ser explotada y casi orillada a la extinción en su área total de distribución. La explotación masiva de esta especie inició en el S. XVIII con el trueque de pieles entre los misioneros y españoles con los antiguos californios y posteriormente una caza furtiva por parte de ingleses, españoles, americanos y rusos. Según registros históricos, en las cacerías de la Alta y Baja California se obtenían varios cientos de pieles por día mermando las poblaciones hacia inicios del S. XX y declarada extinta en México en 1939.
 
Misioneros y exploradores de Baja California observaron el uso de la nutria entre los indígenas. De acuerdo a sus descripciones los nativos se vestían con sus pieles, de las que también elaboraban artículos varios. Aunque restos óseos de nutria se han recuperado en, prácticamente, todos los sitios concheros del Pacífico norte del Estado son pocos cuando se les compara con otras especies de vertebrados como es el caso de los peces e inclusive con otros mamíferos marinos como es el del lobo marino. Sin embargo es común recuperar algunos elementos óseos de nutria con evidencia de exposición al fuego y huellas de corte, demostrando que los antiguos pobladores de Baja California conocieron y aprovecharon los beneficios de la nutria marina sin que esta acción representara una explotación furtiva de la especie. Se nota un uso discreto del recurso cuyas técnicas de caza poco se conocen aún. Pero de acuerdo y retomando a otros grupos indígenas más norteños, debió utilizarse el arpón, las lanzas y el arco y la flecha e inclusive el uso de sus cachorros para atraer a la madre hacia una embarcación donde era golpeada y atrapada.
 
A diferencia de la cacería por parte de los ingleses y rusos donde la piel fue el objeto principal de explotación a nivel comercial y la carne simplemente desechada al mar, entre los nativos indígenas se debió utilizar todo el recurso disponible, la carne como alimento, la piel como vestido y cobijo y, posiblemente, los huesos como materia prima en la fabricación de artefactos. Sin embargo, nuevos hallazgos nos permitirán entender esta primigenia relación.
 
Históricamente la nutria marina ha sido importante, desde su uso entre los primeros pobladores bajacalifornianos hasta el papel comercial masivo que la colocó al borde de la extinción en su área de distribución original, ahora sólo queda evaluar su recuperación que la posicione en su papel ecológico original.
 

*La autora es profesora-investigadora del INAH-BC.

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