Columnas

ANDANZAS ANTROPOLÓGICAS: Órgano que no se utiliza, se atrofia

jueves, 23 de julio de 2015 · 00:00
Por: Ling. Ana Daniela Leyva González*
 
 
México pertenece al grupo de los 8 países con mayor diversidad lingüística en el mundo. Esta diversidad se equipara con la diversidad biológica y en muchos sentidos. Pensemos por un instante en las lenguas como en especies vivas, muchas de ellas se encuentran sanas y salvas pero otras están en peligro de extinción y muchas más ya han desaparecido de la faz de la tierra. Cuando la biodiversidad se ve en riesgo se intenta proteger a las especies de las amenazas externas, pero si dejan de reproducirse, perecen; pasa lo mismo con las lenguas, podemos intentar protegerlas pero si no se usan en los hogares, desaparecerán.
 
Las lenguas indígenas de nuestro país tienen sonidos particulares, palabras originales, formas especiales para unirlas y crear oraciones llenas de significados y sentidos propios. Cada una de ellas se encuentra también en distinta situación con respecto a su vitalidad, hay lenguas que se encuentran en una situación más estable, donde el número de hablantes asciende a millones y todas las interacciones entre los miembros se dan en dicha lengua.
Otras no corren con la misma suerte, los miembros que las hablan son muy pocos y el español se usa casi en todos los espacios, en esos casos decimos que la lengua se encuentra en riesgo de desaparecer. Este es el caso de las lenguas indígenas nativas habladas en Baja California: kumiay, paipai, kiliwa, cucapá y ko’alh.
 
Algunas personas tienen la extraña idea de que mi trabajo como lingüista es "salvar” las lenguas, y temo decirles, queridos lectores, que me encantaría ser la heroína de esta historia pero aún no he confeccionado mi traje de salvadora de lenguas y no lo haré ya que es un rol que no me corresponde. El proceso de revitalización de una lengua es muy complejo, tan complejo como los factores involucrados en el proceso de pérdida.
 
El acto de revitalizar un sistema lingüístico debe responder a las necesidades de los miembros de las comunidades que la hablan. Los actores involucrados somos todos, sí, lo leyeron bien, todos nosotros: los hablantes de las lenguas, los miembros de las comunidades nativas que ya no hablan la lengua de sus abuelos, los lingüistas, los antropólogos, los trabajadores de instituciones relacionadas con las comunidades indígenas, y los miembros de la sociedad no hablante de una lengua indígena –supongo que es el caso de muchos de ustedes-. En las comunidades con las que tengo el privilegio de estar en contacto continuo hay diversos esfuerzos por volver a poner en acción la lengua de sus antepasados y eso es algo que les corresponde a ellos, pero el reto para ustedes, si deciden aceptarlo, es acercarse a conocer estas culturas, escuchar estas lenguas, respetarlas apreciarlas y valorarlas desde fuera; los invito a que lo hagan los días 1 y 2 de agosto en la Ventana al Mar, donde se llevará a cabo, como cada año, el festival Nativa 2015.
 

*Profesora-investigadora del Centro INAH Baja California

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