COLUMNAS

Cultura y sustentabilidad pesquera

Por Claudia E. Delgado Ramírez*
jueves, 3 de marzo de 2016 · 00:00

Los seres humanos somos la única especie animal que produce CULTURA y esto es lo que nos distingue del resto de los seres vivos en todo el planeta. Al decir que somos productores de cultura me refiero básicamente a que asignamos una valoración, otorgamos significados y construimos conocimientos sobre todo lo que nos rodea, por esto los antropólogos estamos convencidos de que los problemas ambientales, tienen primordialmente una explicación y, en el mejor de los casos, una solución social y colectiva.

 

La contaminación de los suelos, del aire, de los océanos, la trágica pérdida de biodiversidad, el innegable calentamiento global y el cambio climático, son consecuencias irrefutables de nuestra valoración y significación del planeta, de una visión utilitaria y antropocentrista de nuestro mundo. Sin embargo, la presencia y la resistencia mundial de diversas culturas, muchas de ellas indígenas, cuyas ontologías o formas de entender e interpretar su mundo son mucho menos "nocivas” y rapaces que la de nosotros, así como la presencia cada vez mayor de casos "exitosos” en el manejo comunitario de los recursos naturales, en el desarrollo del comercio justo, en el surgimiento de nuevos estilos de vida rural y urbana que promueven acciones de menor impacto ambiental, sin duda dan cuenta de nuevas alternativas al modelo económico imperante, de nuevos modos de vida orientados desde una revaloración y una resignificación de nuestra participación social y de nuestro posicionamiento político respecto al mundo que tenemos y al mundo que queremos.

 

Un caso en el manejo comunitario de los recursos naturales es la sociedad de producción rural Buzos y pescadores del Ejido Coronel Esteban Cantú, quienes se dedican a la pesca y el buceo comercial de varias especies marinas entre las que destaca el erizo rojo, por constituir su principal pesquería y cuya producción se destina al mercado asiático. A lo largo de unos 80 kilómetros hacia el norte, fuera de las poligonales de la cooperativa, la intensificación de la extracción del erizo rojo ha dejado mermadas las poblaciones de este equinodermo y lo mismo ha sucedido a lo largo de toda la costa oeste de los Estados Unidos. No obstante, los buzos y pescadores de Esteban Cantú han logrado mantener su producción relativamente estable, dado que hay diversos factores externos que afectan las poblaciones del erizo por ejemplo el calentamiento del agua producido por El Niño Oscilación Sur (ENOS), esta "estabilidad” se debe en gran parte a las estrategias puestas en marcha por los propios buzos y pescadores, orientadas hacia la conservación y el manejo sustentable del erizo. El trasplante de erizo rojo, es una estrategia innovadora y creativa, basada en el conocimiento ecológico local y fortalecida por el aparato institucional y ha sido exitosa de acuerdo con el registro sistemático de la cooperativa, así como con el registro de los especialistas pesqueros, de tal forma que este método de manejo del erizo está siendo replicado en otras villas y organizaciones pesqueras del litoral bajacaliforniano.

 

El análisis y la divulgación de estos casos en los que son los propios productores rurales en sinergia con investigadores e instancias gubernamentales los que ponen en marcha alternativas y estrategias orientadas a la conservación de sus recursos y a la reproducción de sus modos de vida, son absolutamente necesarios para que podamos aprender nuevas formas de relacionarnos con nuestro entorno y también para que aquellos que aun están en proceso de construir sus propias formas, sus propias vías hacia la sustentabilidad, puedan apoyarse en otras colectividades y experiencias.

* Ant. Soc. Profesora-Investigadora del Cinah-BC

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