Infertilidad (En el purgatorio)

“...Quienes entráis, perded toda esperanza” (La Divina Comedia, Dante Alighieri).
martes, 12 de enero de 2010 · 00:00

Ensenada, B.C. - Hace unos días, en picante charla con una endiablada hija de Lilith, comentaba que una causa fundamental por la que muchas parejas no logran concebir en la actualidad es el retraso de la maternidad. Pensé y dije: Ahora, las mujeres por motivos profesionales, laborales o por convicción deciden postergarlo hasta entrados los 30 e incluso 40 años, cuando sabemos que la etapa reproductiva más alta en la mujer se presenta desde los 18 hasta antes de los 25 años.
Ante la cara de incredulidad de aquel retoño de Luna Negra, me di a la tarea de buscar más información del tema. Hoy, por esta nauseabunda vía, le hago llegar algunos datos a la descendiente de Lamia.
De acuerdo con el doctor José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto en Investigación en Psicología Clínica y Social  (IIPCS), una de las causas por las cuales actualmente hay retraso en la maternidad es que, durante la década de los sesentas, la expectativa de vida del mexicano era tan sólo de 41.5 años en promedio, y cada pareja llegaba a tener hasta seis hijos. En esa época los mexicanos se casaban antes de los 22 años, por lo que al llegar a los 30 ya tenían toda una familia. Otro factor, el uso de los métodos anticonceptivos, era todavía un tabú, por lo que el problema de infertilidad prácticamente era muy aislado en México.
No obstante, el entorno actual es completamente diferente por lo que las parejas demoran no sólo su matrimonio, sino la posibilidad de tener hijos, es decir, casi 15 años en comparación con las décadas de sesentas y setentas. Además la expectativa de vida ahora es de 73.5 años en las mujeres, mientras que en los varones es de 71.5, “por lo que ya no hay prisa por tener hijos, ya que finalmente la vida es mucho más larga que antes, pero el organismo en materia de fertilidad no hace caso de esto.”
Por lo anterior, afirma el especialista, se agudiza la infertilidad psicógena: “El hombre y la mujer suele vivir más en casa de sus padres, incluso hasta los 30 años. Si se casan, lo hace entrada esta década, por lo que cuando toman la decisión de tener hijos, las condiciones reproductivas no son las óptimas”, explicó.
En este sentido González Núñez subraya que a pesar de que estos hechos son la raíz del problema, la esterilidad psicógena paralelamente ha ido incrementándose: “Médicamente la pareja es apta para concebir; sin embargo, a la hora de los hechos no logran los resultados deseados. Esto va mucho más allá de la tensión, el estrés o incluso la presión familiar, que suele influir mucho cuando los padres de la pareja exigen tener un nieto. Se trata de un problema multifactorial”, agrega.
Así, el doctor estableció los siguientes escenarios como conductores a la esterilidad psicógena:
- En el caso de las mujeres, éstas pueden ser psicológicamente inmaduras. “Hemos analizado que muchas de ellas son dependientes, fueron sobreprotegidas y establecen en su relación matrimonial una fantasía, como ver a su marido como una figura paternal o el proveedor, el que otorga, el que dispone de todo: en este caso no existe una igualdad de roles y poderes, que pueden conducir a un cuadro de esterilidad psicógena”.
- En el caso de los hombres, los principales problemas de fertilidad tiene relación con la edad, el hecho de no hacer ejercicio, fumar, tomar, consumir drogas y llevar una vida llena de estrés.
- Un porcentaje alto de mujeres exitosas, que han incursionado en los roles que anteriormente estaban diseñados para los hombres, suelen presentar  este problema. “Inconcientemente asumen un rechazo a la maternidad como un ancla  o estorbo en sus aspiraciones”, comenta.
- Mujeres ninfómanas. “Son aquellas que cuyo principio de vida, prácticamente es conseguir el orgasmo. Se trata de mujeres que llegan a erotizar tanto sus relaciones de pareja, que el hecho de pensar inconcientemente en la maternidad, les ocasiona molestias y pérdida del anhelado placer o incluso de sexualidad”.
- La ansiedad como tal. “Son parejas predestinadas a vivir una relación llena de ansiedad, angustia y opresión, como por ejemplo, los celos y la posesión. Al ser personas con una baja autoestima, vislumbran a la maternidad o paternidad como una fuente de más problemas, uno que con certeza generaría más angustia”.
- Incapacidad para criar hijos. “Por un lado las parejas anhelan concebir, sin embargo, desde el punto de vista psicológico no se sienten aptas para asumir una responsabilidad tan grande. El miedo puede representar un freno para asumir una maternidad o paternidad futura.”
- Presión externa o familiar. Suele ser un condicionante muy frecuente, cuando una pareja madura es presionada por los familiares -los “futuros” abuelos-, que exigen, principalmente a la mujer la llegada de un nieto. “Son matrimonios de más de 35 años de edad, donde sobre todo la mujer es sometida a mucha presión. Por un lado, sus posibilidades de ser madre se ha minado por la edad, y por el otro, la presión externa de sus familiares, que la conducen a un constante cuadro de ‘no puedo tener hijos’ y en efecto, el resultado es no concebir.”
González Núñez estableció que existen más factores de esterilidad psicógena, siendo esté problema uno de los principales que conducen a la esterilidad: Según el Instituto Valenciano de la Infertilidad, más del 85 por ciento de los problemas de infertilidad humana tiene relación con causas psicológicas. También se sabe que 80 por ciento de los casos de infertilidad tienen relación con la esterilidad psicógena.
Por otra parte, sólo el dos por ciento de las parejas a nivel mundial son declaradas médicamente infértiles, pero un tratamiento de reproducción asistida puede costar en promedio más de 500 mil pesos y generalmente una pareja logra el objetivo hasta el cuarto ciclo de reproducción.
El congelamiento de óvulos es otra opción de reproducción que está cobrando mucha aceptación por mujeres de 20 a 25 años de edad que planean embarazarse a largo plazo, pero es también un procedimiento complicado y costoso.
En fin, esta es la época que nos tocó vivir. Como es natural, vendrán tiempos en los que este fenómeno será visto como una de otras tantas excentricidades del género humano en su evolución a mejores etapas de vida.

Avernario: “La revolución feminista ha convertido a la mujer en ese tipo de hombre que a mí me entristecía cuando era joven, ese que tenía que trabajar de nueve a cinco de manera aburrida y nunca era dueño de su destino. Ahí es donde acabó su revolución, su asalto al poder” (Norman Mailer).

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