LA BRÚJULA

Digerir los cambios

Por Heberto J. Peterson Legrand
lunes, 6 de agosto de 2018 · 00:00

(Implica una buena o mala digestión)

No cabe la menor duda que estamos en un parteaguas que para mí no es la cuarta revolución, por muy bonito o persuasivo que para algunos oídos se pueda escuchar.

Estamos en un proceso durante el cual en la campaña política se logró crear una fe casi ciega en un liderazgo, del cual no podemos ni debemos dudar y que nos habrá de traer la solución a todos nuestros problemas… Tendremos bandera blanca en corrupción y eso, si sucede, hay que aplaudirlo.

¿Una sociedad que fue arrastrada por la vorágine indiscutible del triunfo y que con los ojos cerrados aceptará el alimento que le den?, ¿o una sociedad que no perderá su calidad de pensante al estar constituida de ciudadanos y por lo tanto con una actitud crítica ante los eventos que irá a digerir?

El nombramiento de Bartlett parece ser ha provocado una muy mala digestión ya que los dinosaurios son difíciles de digerir. Es indudablemente una muy mala lectura de la voluntad ciudadana y una muy mala memoria o la imposición de los primeros destellos de un absolutismo, que no escuchará ni le importará que quiere y piensa la sociedad, tiempo al tiempo… No tendremos fiscal independiente de la terna de amigotes será impuesto.

La reducción del sueldo del virtual presidente electo sí fue una buena lectura, pero no se puede usar el mismo rasero para todos sin tomar en cuenta: responsabilidad, carga de trabajo, experiencia, conocimiento etc., para no caer en el error a ciegas de perder elementos, no sólo valiosos sino necesarios para que el gobierno en todas sus instancias pueda seguir operando con eficiencia.

Estamos viviendo una luna de miel porque el secretario de Estado de los Estados Unidos visitó al presidente Peña y le corrió la atención al presidente electo López Obrador. Lo mismo hizo la negociadora de Canadá.

Ante el futuro mediato e inmediato a los ciudadanos no nos queda más que especular:

Aquellos funcionarios que trabajan horas de más de lunes a viernes sería injusto que los quisieran hacer trabajar los sábados. Es importante que un gobierno fomente la convivencia familiar y no sea un obstáculo para ello. La familia es el núcleo de todo el tejido social y los padres los primeros educadores necesitan dialogar y educar a sus hijo y vivir la necesaria relación de pareja.

Me pregunto (conociendo los vaivenes del Sr.Trump) ¿En que quedará el tratado de Libre Comercio?, ¿en un tratado trilateral como debe ser?, ¿o en dos bilaterales?, México y Canadá no deben doblar las manos. ¡Ah! Y ahora nos quieren embargar especies marinas en el Alto Golfo de México, qué lindos, qué forma de querer faltos de ética su comercio.

El hombre zanahoria (que a la fecha no ha presentado su declaración de impuestos) está encaprichado con su muro y nosotros desgraciadamente le hemos dado elementos para sus argumentaciones con los 25 homicidios por cada 100 mil habitantes y además dice torpemente que cerrará el gobierno…. ¿Podrá hacer semejante aberración?, ¡caray yo que admiraba las instituciones estadounidenses! Lo bueno es que ya nuestro virtual presidente prometió bajar en un 30 ó 50% la corrupción, esto es labor de todos, no podemos dejarlo sólo.

Yo creo que para no hacer enojar a Trump, nuestro futuro mandatario le prometerá lo imposible para abrir fuentes de trabajo para nuestros hermanos del sur y evitar que lleguen a la frontera…¡sueños guajiros! Es gente que tiene miedo, se siente insegura, el hambre y la miserias los agobia, arriesgan sus vidas buscando un futuro y nosotros no hemos resuelto el problema en casa. ¿Podremos resolvérselos a ellos? Cómo me gustaría equivocarme. Padecemos grandes niveles de desnutrición que impiden incluso trabajar intelectualmente, el analfabetismo es muy elevado y es uno de los mayores crímenes. Es mejor enseñar a pescar que dar el pescado. ¿Serán tocados los sindicatos corruptos?

Qué difícil es visualizar el futuro que les espera a nuestros nietos.

Una sociedad madura que ejercite la crítica constructiva, que esté dispuesta a colaborar en todas aquellas tareas que contribuyan al bien común; una sociedad que haga escuchar su voz, un gobierno que sea tolerante ante la crítica y sepa escuchar y corregir cuando se equivoque.

Un gobierno que vea en la educación y la cultura sus prioridades, impulse la investigación científica y promueva los valores, viva en un Estado de derecho y respete a las instituciones y la justicia y la paz estén presentes, será lo que permitirá a México ocupar un lugar digno en el concierto de las naciones más avanzadas.

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