Le queda el saco a Hirata

Parece que al alcalde, Gilberto Hirata Chico, le quedó el saco cuando el secretario general de Gobierno, Francisco Rueda Gómez, dijo que no había que politizar el tema del agua en Ensenada, y eso lo señaló luego de que el presidente municipal convocara a un frente contra el desabasto de agua en la ciudad; ahora Hirata Chico paró una campaña tendiente a concientizar sobre el uso del agua en la ciudad, pero a raíz de lo dicho por Rueda Gómez, pues mejor aguantará para no herir susceptibilidades, aunque bajita la mano no desaprovechó la oportunidad para jalarle las orejas a Arturo Alvarado, director de la Cespe, pues dijo que antes de que le sugiera a la gente cuidar el agua, pues tienen que tenerla, y ese es un problema no resuelto aún por Alvarado.

Con un ánimo pandilleril, los diputados federales de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional se han lanzado el reto de discutir los beneficios y perjuicios del incremento del Impuesto al Valor Agregado del 11 al 16 por ciento.

En lo que parece más un reto de valentones de cantina -por ambas partes-, los legisladores panistas encabezados por Andrés de la Rosa Anaya retan a un debate que no tiene sentido legislativo y lógico. Y los otros responden en el mismo tono.

¿Será un debate a dos de tres caídas sin límite de tiempo? ¿Podrá realizarse en el programa de Laura de América? (¡queeee paaaaase el desgraciaooo...!)

¿Qué ocurriría en caso de que los blanquiazules ganarán el debate? ¿le quitarían la cabellera a los tricolores? ¿Sí los priistas resultaran triunfantes pasearán en ropa interior a sus opositores?

Los payasos a los circos, los luchadores al ring. Lo que exigimos son legisladores que defiendan sus argumentos en la legislatura y que tengan la capacidad política de convencer a sus representados que hicieron lo que tenían que hacer, cuando lo tenían que hacer.

Por cierto que en el bravucón reto que lanzaron los diputados blanquiazules a sus homólogos priistas se les olvidó incluir a nuestro legislador Ricardo Medina Fierro.

Omisión terrible, pues bastante nos cuesta nuestro congresista quien además de su jugosa dieta legislativa, sigue cobrando en la nómina del Ayuntamiento y además en la del sindicato estatal de burócratas. Es un pequeño lujo para los contribuyentes para que los panistas lo menosprecien y lo olviden.

Pero mientras los legisladores tratan de desquitar lo mucho que ganan con puras fintas y boxeo de sombra, el matrimonio formado por la señora Hermelinda Peñuelas y Gerardo Rueda, dieron una muestra de lo que es la generosidad y el amor a su comunidad.

Al enterarse que la extensión San Quintín de la Universidad Tecnológica de Tijuana no tiene un inmueble donde dar clases, ya que actualmente opera en aulas prestadas, donaron un terreno de casi mil metros a pie de carretera en la delegación de Camalú y en excelentes condiciones para un centro educativo.

El argumento y motivo de la familia Rueda Peñuelas es muy sencillo: que haya un lugar en donde los jóvenes de la zona sur puedan estudiar para ser mejores ciudadanos.

Obras son amores y no buenas razones.

Ayer el ahora ex secretario de salud del estado, Miguel Antonio Osuna Millán, dio la cara tras su salida de la dependencia y todo mundo ya se sobaba las manos para leer el mensaje y ver la revelación de la verdadera causa de la ¿salida voluntaria?, pero oh sorpresa, parece que el doctor Osuna no ha perdido la compostura y la misiva fue para agradecer la atención de los medios de comunicación hacia su trabajo y la confianza que le otorgó "Kiko” Vega en el poco tiempo que estuvo en esa oficina; todo mundo pensaba que diría que estaba en desacuerdo con que le hubieran aplicado la guillotina por sus pocos resultados, o porque el Ejecutivo estatal estaba inconforme por la presión por el brote de rickettsia en Mexicali, o porque al mandamás del estado no le gustó el manejo de crisis ante el levantamiento del sindicato de trabajadores de la salud, pero no, no fue nada de eso, parece que seguirá la incógnita.

Hoy es día para felicitar al obispo de Ensenada, Rafael Valdez Torres, pues cumple ya un año de haber llegado a esta Diócesis e hizo un balance muy positivo sobre su estancia por la Cenicienta del Pacífico; para el obispo ha sido muy placentero encontrar, como dijo, un lugar con gran capacidad y deseo de trabajar y ve una necesidad de estructurar la pastoral.

Asentado ya en lo que será la sede del obispado, en una modesta construcción, comentó la necesidad de atención y cambios en la diócesis, pero también el involucramiento de laicos para hacer llegar la fe católica a los más alejados. Enhorabuena por estos primeros 12 meses.